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CONGRESO NACIONAL

quiera o como se desea; pero si nosotros tenemos el pesado honor de entrar en ella, no bajaremos un punto de nuestros principios, sino que, por el contrario, los desplegaremos con mas fervor, i desde ahora suplicamos a los pueblos que si no nos estiman adecuados a sus deseos, tengan a bien el no nombrarnos, dirijiendo sus sufrajios en favor de otras personas que les sean mas a propósito por su moderacion, por su honradez, por su gravedad i por su ilustrada e histórica esperiencia. Ya nos hemos manifestado bien claro tales cuales somos, i seria un error mui craso equivocarse en lo sucesivo. Asimismo protestamos que no admitiremos tan delicado encargo, si el Congreso no ha de tener la calidad de omnipotente sobre todas las clases del Estado, sus sesiones públicas i en esta capital; porque fuera de ella es inútil la publicidad, única salvaguardia reciproca para el pueblo i su representacion.

Engolfados en nuestros sentimientos patrióticos, casi hemos dejado sin tocar la sesion del domingo 15, cuyos detalles dicen los señores diezinueve que se les permita pasar en silencio en honor del país; i nosotros creemos que habria sido mas decoroso publicarla con todos sus pormenores que guardar silencio del modo que se ha hecho. En esa ocasion nada mas hubo impropio, que una u otra espresion fuerte en torna a otras de mayor calibre, que en nuestro concepto traian su oríjen de criticar el curso de la sanción contra los jefes militares, que ha quedado sin cumplimiento. Confiésese así de buena fe; i no demos, a pretesto de silencio, lugar a sospechas que nos infamen. En el papel citado se ha dicho primero, que ciudadanos armados en la barra amenazaban a los representantes i asentando consecutivamente que el contajio habia penetrado a la misma Sala, cualquiera pensará que estábamos divididos en guerrillas, dispuestos a un tiroteo, lo que ciertamente seria la peor calumnia contra el honor i crédito de la República. Fuera de esto, que los ciudadanos carguen armas o que las carguen en el dia, nada tiene de estraño, porque este es un derecho inherente al pueblo en todo país libre; mui sabido que, cuando se prohibe esa franqueza, el monstruo del despotismo se hace sentir mui luego.

Por último, se dice que la mayoría misma representativa ha influido en la disolución del Congreso, lo que es ciertamente un equívoco notable por dos razones notables entre otras muchas Primera, porque diezinueve señores no son el mayor número de diputados [1]; segunda, porque aunque lo fuesen, nunca podrían llamarse mayoría representativa ni considerarse con el menor carácter público. Los poderes de los representantes son para obrar en Congreso, convocados todos según las fórmulas establecidas, i entónces es cuando solamente puede darse mayoría capaz de sujetar el resto a sus resoluciones, prévia discusion. Obrar de otra suerte, es querer estender los procederes hasta mas allá de las facultades.

No ha sido nuestro ánimo hacer el manifiesto de la conducta del Congreso ni nos creemos autorizados para ello, sino dar un lijero bosquejo de su continua lucha por conservarse, para que el tribunal de la opinion pública pueda pronunciarse sin temor de errar; para que en lo sucesivo no quiera consagrarse como dogma político un paso inaudito en la historia de los cuerpos representativos; i para que no se crea que en Chile la fuerza es el juez de las cuestiones de derecho público.

Ignoramos el motivo por que el papel que contestamos se haya dado con fecha 16 del presente. El hace relación al bando del Gobierno i siendo éste del 17, mal puede ser aquél del dia anterior, en que tuvo el Congreso su última sesión con la mayor tranquilidad.


A la república en jerneral

Habitantes de todas las comarcas del Estado:

Esperad tranquilos la instalación de la nueva lejíslatura. El mortal ilustre que está empeñado en reuniría es acreedor a vuestra entera confianza. No temáis el ruenor ataque a vuestros derechos en este intermedio, i consagráos esclusivamente a elejir diputados de vuestra entera satisfacción, sin dar oido a nuestras sujestiones si nos avanzamos a cometer el horrendo crimen de quereros seducir proponiéndoos sujetos que no sean de vuestro agrado.—Santiago, 29 de Mayo de 1825. Carlos Rodríguez, diputado ántes por Valdivia. José Antonio Ovalle, id. por Casablanca. Lorenzo Fuenzalida, id. por Curicó. José Miguel Infante, id. por Lautaro. Silvestre Lazo,id, por Santiago, secretario. José Tomás Ovalle.id. id. -José Santiago Luco, id. por Quillota. Manuel de Iñiguez, id. por San Fernando. José Manuel Barros, id. por Osorno. Juan José de Echeverría, id. por Illapel. Miguel Eduardo Baquedano, id. por San Fernando. José Santiago Montt, id. por Santiago.

  1. A mas de los señores diputados diezinueve que firmaron la nota al Gobierno i de los que firmaron la presente, restan los siguientes: don Fernando Urízar, diputado por Rere; don Gabriel Ocampo, id. por San Fernando, secretario; don Fernando Antonio Elizalde, id. por el Parral, Vicepresidente; Don Bartolo Ugalde, id. por Melipilla; don Juán Francisco Larraín, id. por Rancagua; don Diego Antonio Elizondo, id. por Petorca; don Bernardo Vera, id. por Linares; don Pedro Palazuelos, id. por Santiago; don José Alejo Eyzaguirre, id. por Curicó, Presidente; don Casimiro Albano, id. por Talca; don Silvestre Valdivieso, id. por Rancagua; don Ventura Olmedo, id. por Quillota; don Santiago Pérez, id. por Aconcagua; don Rafael Muñoz, id. por San Fernando; don Gabriel Valdivieso, id. por el Huasco; don Enrique Campino, id. por Copiapó; don Manuel Ortiz, id. por los Andes. Los tres últimos, aunque no habian alcanzado a recibirse, tenian sus poderes respectivos.