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CONGRESO NACIONAL

naria para tratar del proyecto de los jueces conciliadores (V. sesiones del 27 de Abril i del 3 de Mayo de 1825), de la solicitud de los curas de la Catedral ( V. sesiones del 27 de Abril i del 6 de Mayo de 1825), i de la alimentación de los prisioneros españoles. ( V. sesión del 27 de Abril último.)


ACTA

Se abrió con los señores Araos, Arriagada, Baquedano, Bezanilla, Barros, Borgoño, Cáceres, Campino, Calderón, Concha, Elizalde, Echeverría, Fuenzalida, Hurtado, Infante, Iñiguez, Merino, Marin, Novoa, Ovalle don José Antonio, Ovalle don José Tomás, Palazuelos, Pradel, Rodríguez, Urízar, Valdivieso i Luco, i leidas las actas anter iores, fueron aprobadas i rubricadas por el señor Presidente.

En seguida se dió cuenta de la reclamación de los oficiales de la Secretaría, pidiendo algún auxilio sobre sus sueldos, i se ordenó ocurrieran a la Tesorería.

Se dió cuenta del informe de la Comision de Poderes, sobre la renuncia del señor diputado de Valparaíso, i se mandó a la órden del día por su turno; también se dió cuenta de la renuncia del señor diputado suplente por Coelemu, i se mandó pasar a la Comision de Poderes, i en este estado, al darse cuenta de otra nota, se advirtió ser reservada, i con este motivo, se resolvió levantar la sesión pública, como de facto se suspendió para tratar reservadamente sobre la nota indicada, i se ordenó sesión estraordinaria al dia siguiente para tratar sobre los jueces de conciliación, solicitud de los curas de esta Santa Iglesia Catedral, i sobre los Oficiales españoles que se hallan en Valparaíso.


ANEXOS

Núm. 311

Señor Presidente:

Por el documento número 1, que tengo el honor de elevar al conocimiento de Vuestra Soberanía, se califica el nombramiento de diputado suplente a falta del propietario que ha hecho en mi persona la delegación de Coelemu. Luego que lo recibí, hice ante ella presente los justos motivos que median para no poder hacerme cargo de un poder que no me considero capaz de desempeñar, i, por la contestación número 2, me dice que ya habia remitido al conocimiento de Vuestra Soberanía el acta de la elección, a donde debo ocurrir.

Si el pueblo de Coelemu, para el nombramiento; tuvo presente los servicios que he prestado por la libertad del país, i mi decidido patriotismo no acordó sin duda que estos servicios han sido con la espada en la mano como militar i que los conocimientos adquiridos en la guerra de nada sirven cuando faltan las luces para entrar en una Asamblea que éstas deben dirijirla. Once años de edad tenia cuando Chile fué invadido por el jeneral Pareja al principio de la revolución; desde entónces me destinaron mis padres a ocupar un lugar entre las filas de los guerreros; desde entónces no he tenido otra escuela que la de las armas, i si en el arte de la guerra adquirí algunos conocimientos, éstos de nada sirven para el caso de enrolarme en discusiones científicas sobre todos los ramos que comprende la lejislacion de una República. Debo, así, considerarme como un espectador, que ni en pro ni en contra podria prestar mi voto sin la responsabilidad que envuelve la ignorancia. Son escuelas, señor, mui diversas las de las letras i las de las armas, i no dejan también de tener cierta oposicion por la gran distancia que suelen producir en sus efectos, por lo que raras veces se verán en Representaciones Nacionales, mezclados los militares. Si la seguridad de la Patria, si su libertad volviese a ponerse en cuestión, que la espada decidiese su suerte, no solo seria el primero que me pusiese a la cabeza de una columna sino que sacrificaria la vida con el mismo entusiasmo que muchas veces la espuse por nuestra libertad e independencia. Esta ha sido mi carrera, i a este arte solo puede sucederle el del arado i azada. Me hallo ahora en este ejercicio, reparando las ruinas de los fundos que ántes administraban un sustento abundante a mi casa i que los efectos de la revolución i de la guerra han asolado, para que puedan proporcionarme el descanso que debe apetecer un soldado reformado. Permítame, pues, Vuestra Soberanía continuar sin interrupción este ejercicio, respecto a mi escasez de conocimientos confesada, a lo quebrantado de mi salud en que me hallo despues de quince años de trabajos en campaña i a una triste i escasa suerte que paso, admitiéndome la renuncia del nombramiento de suplente que reverente repito ante Vuestra Soberanía. — Gualpon, 18 de Abril e 1825. Jose María De la Cruz PrietoJosé María de la Cruz.

Núm. 312

En la villa de Nuestra señora de la Concepción, cabecera del partido de Coelemu, i en veintinueve dias del mes de Marzo de mil ochocientos veinticinco, nos, los abajo firmados, Presidente i vocales de la mesa de elección, dan, como damos, todo nuestro poder jeneralmente cumplido, el que de derecho se requiere i es necesario, a don José María de la Cruz, para que a nombre de este pueblo i representando sus de