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CONGRESO NACIONAL
  1. don Pedro Angulo la casa pedida. (Anexo núm. 299.)
  2. Aprobar el artículo 2º del tratado chileno-arjentino, en la forma que en el acta consta. (V. sesiones del 16 i del 19.)
  3. Admitir la renuncia del taquígrafo don Manuel Carmona i mandarle ajustar sus sueldos. (Anexo núm. 300. V. sesion del 22.)
  4. Despues de alguna discusion dejar pendiente la de la consulta del señor Pérez, relativa a saber si le obligan las instrucciones de la Asamblea de Santiago. (V. sesiones del 16 i del 19.)
  5. Dejar en tabla los mismos asuntos de la sesion precedente.

ACTA

Se abrió con los señores Albano, Aguirre, Balbontin, Benavides, Benavente don Diego, Benavente don Mariano, Bilbao, Campos, Casanova, Donoso, Eyzaguirre, Elizondo, Fariñas, Fernández, García de la Huerta, Huidobro, Infante, Irarrázaval, Lazo, Marcoleta, Mena, Molina, Muñoz de Bezanilla, Novoa, Prats, Pradel, Prado, Pérez, Sapiain, Vicuña don Francisco Ramon, Vicuña don Rafael i Vera.

Aprobada el acta de la sesion anterior, se leyó un oficio de la Asamblea de Maule, acompañando algunos documentos en que instruye al Congreso de las dificultades que esperimenta para continuar su marcha. Al efecto, el señor Benavente manifestó un oficio del partido de Quirihue, en que se queja aquella Municipalidad de que a sus diputados posteriormente elejidos no se les haya permitido incorporarse en la Asamblea; resolvió la Sala que se le contestase, por Secretaría, que el Congreso estaba actualmente ocupado en dar las atribuciones a las Asambleas, con lo que creia que, restableciéndose el órden, podria continuar sin tropiezos.

Se leyó igualmente un oficio del Poder Ejecutivo, recomendando la solicitud de don Pedro Angulo para que se le dé una casita en Valparaíso, en premio de los servicios que prestó al país en la rendición del bergantín de guerra Aquíles, sobre lo cual se resolvió que el Poder Ejecutivo quedaba autorizado para dar en propiedad a don Pedro Angulo la casa que solicita, como una señal del reconocimiento que tiene la Nacion por su importante servicio.

Despues de esto, se entró a discutir el artículo 2.º del tratado con la República Arjentina, el cual fué desechado por la Sala en los términos que se hallaba concebido, aprobándose del modo siguiente;

"Art. 2.º Las Repúblicas de Chile i Provincias Unidas del Rio de la Plata contraen alianza perpétua en el sosten de su independencia contra la dominacion española i cualquiera otra potencia que le sea aliada."

Asegunda hora, se leyó una representacion del taquígrafo don Manuel Carmona, en que solicita que, admitiéndosele la renuncia de su oficio, se le mande ajustar por los Ministros de la Tesorería; se le concedió todo lo que pedia.

Despues se leyó una nota del diputado don Domingo Eyzaguirre, en que espone que su delicadeza i conciencia le obligan a no asistir a la Sala miéntras se tratase de la indicacion que se habia hecho sobre las instrucciones dadas a los diputados por las Asambleas, que fué el negocio que ocupó a la Sala, sin que quedase nada resuelto sobre él, levantándose la sesion a la hora acostumbrada, anunciándose para la siguiente los mismos asuntos. —Benavente. —Montt.


Núm. 288

Señor:

En una sesion en que se trata sobre si obligan o no a los diputados de Santiago las instrucciones que han recibido de su Asamblea, me parece que no debo yo decidir de mis propios deberes respecto a la Asamblea i el Congreso, i que, por consiguiente, debo abstenerme de concurrir a sufragar. A mas de mi honor i mi conciencia, influyen en esta deliberación los ejemplos que he visto en el actual Congreso. Dos ilustres diputados de la provincia de Coquimbo, recibiendo instrucciones de su Asamblea, que eran contrarias a sus dictámenes, tuvieron a bien renunciar ántes que violar estas órdenes; sin embargo de que entónces aquella Asamblea no estaba erijida por alguna lei, ni los pueblos le habian conferido facultades constituyentes. Cuando se trató sobre nulidad de las elecciones de Santiago, se abstuvieron de sufragar estos diputados, sin embargo de que ellos no habian concurrido a votar en la mesa que se disputaba. Siguiendo estos ejemplos de justicia i delicadeza i, sobre todo, los de mi conciencia, me abstengo de concurrir a esta sesion, pero no de suplicar al Congreso en calidad de simple peticionario.

Que recuerde en su sabiduría la imparcialidad i consideracion que exije una Asamblea, que representa el tercio de los ciudadanos de la República i mas de los dos tercios de sus recursos fiscales, compuesta de individuos acreedores a numerarse entre los mas beneméritos de la República.

Que esta Asamblea se halla autorizada con los mas solemnes ejemplos, aceptados por la Nacion i por el Congreso. Las de Coquimbo i Concepcion dieron instrucciones a sus diputados que, anunciadas al Congreso, no han sido reconveni