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228 CONGRESO NACIONAL

Núm. 260

La Comision Militar, en vista del proyecto de decreto que antecede, no puede ménos de recomendar a la Sala el objeto a que se dirije. Ya llevan los pueblos inmediatos alas montañas de los Andes tres años de continuas desolaciones por robos, muertes i cautividad de muchos inocentes i mujeres, que la montonera de Pincheira causa en sus correrías. No es preciso ver el estado de despoblación i miseria en que están aquellos territorios, cuando es tan público que haya acabado esa pandilla con los ganados del vecindario que escapó de la guerra, que a la casa que llega i a quienes encuentra los degüella, i a las mujeres i chicos que pillan, los cautivan para vender a los bárbaros, i que las sementeras las queman o destruyen. No se vieron horrores semejantes en lo mas cruel de la guerra por la Independencia. En todo el tiempo pasado la tropa que ha guarnecido aquellos pueblos ha estado a la defensiva, i siempre mal montada que ha sido la caballería, i así es que el enemigo ha muerto a muchos de los vecinos residentes en el campo, ha cargado con cuanto ha encontrado i no se le ha podido dar alcance en su retirada. Es, pues, preciso hacerles una guerra ofensiva, yéndolos a buscar a sus propios aduares; ellos están acostumbrados en los Pehuenches. La mayor parte de éstos son nuestros amigos; hágaseles entender los males que nos causan los malvados que abrigan, i la necesidad en que nos vemos de acabar con ellos, si no se entregan de voluntad a vivir honradamente entre nosotros, i mándese a lo interior déla cordillera una espedicion de mil hombres montados entre caballería e infantería, con igual número de remonta de caballos para que puedan obrar lijeramente en las incursiones que deben ofrecerse. Es también necesario se lleven los víveres necesarios para no molestar a los naturales; pues de lo contrario, harían causa común con los mismos malvados, i se presentaría una guerra de nación a nación. Estando, pues, en sus tierras nuestras tropas, los facinerosos o se mudan de ellas para las pampas o perecen. Pensar que se internen para esta parte no es posible, porque su retirada seria cortada por los nuestros a su regreso. Los mismos indios, viendo una respetable fuerza entre ellos, se nos unirán a ella i coadyuvarán al esterminio de los malvados.

En esta atención, i que es de la facultad del Ejecutivo procurar por todos los medios posibles libertar al país de semejantes facinerosos, como que le ha confiado la libertad de la Nación, parece que se le pase a la Comision este proyecto para que lo tome en consideración con preferencia, i disponga en la próxima primavera se haga la guerra ofensiva a Pincheira, hasta dejar libre a la República de las inquietudes i daños que causa, o como sea del agrado de la Sala. —Santiago, Julio 24 de 1826. —Luis de la Cruz. —Agustín López. —Martin Prats.


Núm. 261

Señor:

Una de las condiciones que exijia al señor Presidente para poder llevar la taquigrafía, i que el Congreso se dignó aprobar el dia 7 del corriente, fué la de que se mandase pagar la cantidad de doscientos pesos que se me adeudan por el tiempo que serví en la Lejislatura del año anterior; pero esta circunstancia, no habiendo sido comunicada al Supremo Gobierno, por no espresarse tampoco en el acta de aquel día, se ha omitido la toma de razón de dicha cantidad. En esta virtud, suplico a ia Representación Nacional tenga a bien hacer esta nueva declaración en mi favor, avisando al Gobierno Supremo afín de que mande hacer la toma de razón.

Igualmente espero se asignen cuanto ántes los dos sueldos de amanuenses a los tres jóvenes que actualmente sirven dichas plazas, i ademas trabajan en la clase de segundos taquígrafos sin sueldo alguno. —Melchor José Ramos.


Núm. 262

El Congreso Nacional, en sesión de 26 del corriente, considerando la falta de escribientes que tenia el taquígrafo para presentar las sesionas en limpio, acordó que pudiesen servir de tales los tres practicantes de taquigrafía, con el sueldo anual de trescientos pesos, que le debia principiar a correr desde el dia cuatro de este mes, que principiaron a servir, i también, que al taquígrafo don Melchor J. Ramos, se le paguen doscientos pesos de un mes que sirvió en las anteriores lejislaturas.

El Presidente de la Sala tiene el honor de ponerlo en noticia del señor Presidente de la República, i de repetir los sentimientos distinguidos de su alto aprecio. —Sala del Congreso, Julio 31 de 1826. —Al Presidente de la República.


Núm. 263

El ciudadano don Juan Buenaventura Ojeda ha dirijido una representación al Soberano Congreso, solicitando se le venda un corto espacio de tierras pertenecientes a la ciudad de Chillan, a cuya venta no habia podido acceder aquel Cabildo, por no creerse facultado para ello. La Representación Nacional, en conformidad a estar declarado que las bases constitucionales serán sobre un sistema federal, i siendo éste dirijido a dejar a los pueblos en el pleno goce de su interior administración, ha acordado que el citado Cabildo obre libremente en el particular i demás