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SESION DE 9 DE SETIEMBRE DE 1826


ACTA

Se abrió con los señores Albano, Aguirre, Arce don Estanislao, Bauza, Benavente, Bustos, Balbontín, Benavides, Cruz, Campos, Donoso, Eyzaguirre, Fariñas, Fernández, Huerta, Hernández, Infante, Irarrázaval, Lazo, Lavín, Luco, López, Marcoleta, Mena, Montt don Lorenzo, Meneses, Molina, Novoa, Olivos, Ojeda, Prats, Pérez, Silva, Sieria, Tapia, Torres i Vicuña.

Se leyeron las actas de las sesiones anteriores del 7 por la mañana i a la noche, que fueron aprobadas.

Se dió cuenta de una nota del Poder Ejecutivo en que acompaña un espediente presentado por el señor racionero Espinosa, el que se mandó a la Comision Eclesiástica.

A continuación se procedió a discutir la dimisión del Presidente de la República, i como no se hubiese arribado a resolución alguna, siendo pasada la hora del reglamento, se declaró la Sala en sesión permanente, suspendiéndose por tres horas la sesión, ínterin se llamaba a los señores diputados que no habían concurrido.

A las seis de la tarde continuó la discusión con los mismos señores i a mas los señores Arce, don Casiano, i Muñoz Bezanilla.

Declarado el asunto bastantemente discutido, determinó la Sala que se resolviese por votacion secreta, en la que sufragaron públicamente por la no admisión los señores Benavides, Eyzaguirre, López, Bustos, Arce don Estanislao, Arce don Casiano, Huerta, Montt i Olivos. Otros tres señores votaron en público por la afirmativa, quedando, por fin, resuelto que se admitía la renuncia del señor Presidente, i en su consecuencia, que procediese a encargarse del Poder Ejecutivo Nacional el Vice-Presidente de la República.

En seguida se hizo la indicación por algunos señores de si debería procederse a la elección de un Vice-Presidente de la República por haber ascendido el actual, lo que quedó para determinarse en otra sesión, levantándose la presente a las nueve i media de la noche; i para la orden del dia siguiente se señaló el asunto pendiente sobre la forma de enajenar los bienes que fueren de los regulares i el premio a los pacificadores de Chiloé.

Nota —Los señores que votaron públicamente por la admisión de la renuncia del Presidente fueron Fernández, Fariñas i Sierra. —José Miguel Infante, Presidente. —Montt, diputado-secretario.


ANEXOS

Núm. 65

La anterior administración agració a los curas rectores de ésta santa iglesia Catedral, don José de Espinosa i don Pedro N. Larraguibel, al primero con el título de racionero con medio sueldo, i al segundo con el de racionero honorario también con medio sueldo, declarando para ámbos opcion a las vacantes del coro; pero todo con la calidad de inteiino hasta la sanción de la Lejislatura. Por esta razón ha ocurrido al Gobierno el racionero Espinosa, presentando el espediente de la materia i pidiendo se eleve al Soberano Congreso para el fin indicado.

En su virtud, el Presidente tiene la honra de verificarlo, i de protestar, con este motivo, los sentimientos de su particular consideración. —Santiago, Setiembre 6 de 1826. —Manuel Blanco Encalada. —Ventura Blanco Encalada. —Al Soberano Congreso Nacional.


Núm. 66

Excmo. Señor:

Los curas de la Catedral don José de Espinosa i don Pedro Nolasco Larraguibel, ante V. E. decimos: que el primero, según se acredita del espediente que en debida forma presentamos, ha servido en la carrera de párroco cincuenta i un años, i el segundo veintinueve, obteniendo al fin de tan penosas fatigas el curato de esta santa iglesia, que no nos suministra ni aun módicamente el alimento. Este motivo nos impulsó a representar al Congreso Nacional, i tramitar el espediente que también presentamos. La Comision de Hacienda de este Cuerpo Lejislativo dictaminó (según se espresa en el informe) que los curas de las iglesias catedrales fuesen racioneros natos, i aun nos hizo la justicia de confesar méritos i antigüedad; el Congreso tomó en consideración el asunto, i aunque tuvimos la satisfacción de oir unánimemente a los diputados en la discusión, convenir en el parecer de la Comision, i aun recordar del mismo modo nuestros servicios, quedó sin resolución porque se disolvió al dia siguiente en el que se trató el asunto.

Nuestros constantes servicios, las muchas vacantes que hai en el coro, i mas sobre todo, la justificación de V. E., nos alientan a ocurrir al Gobierno con los justificativos que apoyan la solicitud del premio que parece merecen nuestra edad i dilatada carrera.

El Gobierno de V. E . ha sido marcado por la equidad, i a ella deben los ciudadados del Estado aquel reposo i protección de sus derechos que ántes desconocíamos, i esta misma hará recordar a V. E. que los coros son el premio de aquellos párrocos antiguos, cuyos servicios a la iglesia han sido intachables.

Nosotros no desconfiamos un punto en que V. E., en vista de los documentos presentados, se servirá atender esta solicitud, bien sea como dictaminó la Comision de Hacienda, del Congreso, o como V. E. lo estime justo.