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SESION DE 11 DE OCTUBRE DE 1826

para presidente de la mesa de elección, recayendo los sufrajios en el señor don Domingo de Opazo, i los demás concurrentes votaron para escrutadores por los ciudadanos don José Miguel Opazo, don José Miguel Cerda, don Juan Crisóstomo Zapata, don José Gregorio Fernández, don Matías Silva, don Cayetano Astaburuaga, don Feliciano Letelier i don Pedro Antonio Donoso, i las cédulas, despues de reconocidas, entraron a un cántaro, i de la suerte salieron don José Miguel Opazo, don Juan Crisóstomo Zapata, don José Gregorio Fernández i don Feliciano Letelier, a los que se les dió posesion de la mesa, precedido el juramento que, por ante mí, se les recibió, de proceder fiel i legalmente en el cargo que se les conferia. I para su constancia lo firmaron con los señores del Ilustre Cabildo. —Doi fe. —Dionisio San Cristóbal. —Manuel de Olivares. —Juan Nepomuceno de la Cruz. —Domingo Opazo. —José María Silva i Cienfuegos. —Juan Gualberío Lopetegui. —José Miguel de Opazo. —Juan Crisóstomo Zapata. —Feliciano Letelier. —José Gregorio Fernández. —Ante mí, Pedro Antonio Silva, escribano público i de Cabildo.

Acto continuo, los señores que componen la mesa de elección don Domingo Opazo, don José Miguel Opazo, don Juan Crisóstomo Zapata, don Feliciano Letelier i don José Gregorio Fernández, despues de leidos por mí, el escribano, los decretos del Soberano Congreso i convocatoria espedida el veinticuatro de Marzo de este mismo año, empezaron a recibir los sufrajios, i siendo llegadas las cinco de la tarde i no ocurrir mas sufragantes, se comenzó el escrutinio, contando las cédulas i rejistros que fueron llevados por dos de los escrutadores, i habiendo salido el número igual, se examinaron i encontraron ciento cuarenta con diversas suscriciónes que en sustancia dicen no elijen pastor miéntras Talca no quede libre de Curicó, i cuatro cédulas en que salen el presbítero don Alejo San Cristóbal con dos votos, don José Antonio Palacios con dos, i don Eusebio José de Noya con uno. Con lo que se dió por concluida pasase esta dilijencia, i mandaron dichos señores se pasase esta acta al ilustre Cabildo; i lo firmaron conmigo. Doi fe. —Domingo Opazo. —José Miguel de Opazo.Juan Crisóstomo Zapata. —Feliciano Letelier. —José Gregorio Fernández. —Ante mí, Pedro Antonio Silva, escribano público i de Cabildo.

Es copia de su orijinal. —Pedro Antonio Silva, escribano público i de Cabildo.


Núm. 245

Señor:

El Vice-Presidente de la República, despues de lo que tuvo el honor de esponer a la Representación Nacional, en su comunicación de 7 del corriente, acerca de la reclamación interpuesta por el Cabildo de Talca, recibe ahora del gobernador-intendente de la provincia de Colchagua el oficio adjunto, que tiene la honra de elevar a la consideración de la Sala para los efectos a que hubiere lugar.

Con este motivo, el Vice-Presidente de la República repite nuevamente al Soberano Congreso sus protestas de adhesión i respeto. —Santiago, Octubre 9 de 1826. —Agustin de Eyzaguirre. —José María de Astorga. —Al Soberano Congreso Nacional.


Núm. 246

Siendo una de mis atribuciones poner en el conocimiento del Supremo Gobierno Jeneral de la Nación, las ocurrencias de esta provincia, ya me es indispensable tolerar por mas tiempo la comportacion del gobierno i Cabildo de Talca, cuyo mandatario desde que recibió la administracion del señor delegado directorial don José Patricio Castro, en virtud de las leyes de 17 i 20 de Julio último, dictadas porel Soberano Congreso, sobre elección de gobernador i Cabildo, que las comuniqué el 23 de Agosto, bajo el número 48, hasta la fecha no he merecido el menor contesto a once comunicaciones oficiales que tengo libradas, en las que contienen las mas de ellas las leyes dictadas por el Soberano Congreso, i otros negocios pertenecientes a la Hacienda Pública, etc. Viendo tan cansada apatía, tuve a bien ordenar a este administrador de correos certificase siete de las comunicaciones espresadas, para quedar a cubierto del recibo de ellas en Talca, cuyos sobres acaban de llegar ahora en regreso del correo, en virtud de aquella reconvención que le hizo de ellos este administrador a aquél.

Tengo sabido que el pueblo de Talca, seducido por cuatro hombres díscolos, de los cuales algunos de éstos ocupan aun el Cabildo actual, que debia ya haber fenecido en virtud de las leyes comunicadas, se resiste a obedecer las soberanas disposiciones, tomando el arbitrio, para fundar su oposicion, de corromper en las mesas de las doctrinas del campo, con votos hechos en cédulas que espresen la voluntad jeneral para no admitir la lei de demarcación del territorio chileno en provincias, miéntras tanto no se segregue Talca de Curicó. Esta tenacidad del pueblo talquino no es nueva, pues la tiene manifestada desde el acto que se publicó por órden del Consejo Directorial, la demarcación provisoria de provincias, según lo tengo noticiado al Supremo Gobierno en comunicaciones anteriores, adjuntando las notas orijinales del delegado citado.

Es verdad que, al principio de ser noticiado Talca del modo cómo se habia dividido el territorio de la República en provincias, i que a ellos no les tocaba el capitalismo, se conmovió el pueblo en jeneral, preparando sus esfuerzos para conseguirlo del Soberano Congreso que debia instalarse, conformándose con lo que determina.