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SESION DE 23 DE JULIO DE 1822

la Patria, i desde hoi no la necesita. Recibid mis plácemes... yo no acierto a espresar todo lo que siento... Apresuremos la instalacion, jurandoante el Eterno todos i cada uno de los dignos electos, que llenarán fielmente el objeto de su mision."

Terminada, procedida tomar el juramento de estilo a los señores diputados.

Concluida esta ceremonia, indicó ala Convencion que procediese a la eleccion de un Presidente i Vice Presidente, i fueron electos para lo primero, el señor don Francisco Ruiz Tagle, i para lo segundo el señor don Casimiro Albano. El Supremo Director lo colocó bajo el solio de la Patria, diciendo:

"Compatriotas:

"Vuestros votos i los mios están satisfechos; ya está instalada la Convencion, i empieza sus altas funciones la Convencion del Estado: en ella reside desde este instante toda la autoridad que le han confiado los pueblos; veneremos sus decisiones: mis brazos i los de mis compañeros de armas las harán respetar. ¡Viva la patria! ¡Viva la Convencion!"

Entre las repetidas aclamaciones se oyó una triple salva de artillería de la fortaleza; i despues de algún intervalo, concluyó diciendo:

"Pongo en manos de US. honorable esta memoria, i suplico a la Convencion su pronta lectura, cuya resolucion voi a esperar en mi Palacio, porque quiero ser el primero de los ciudadanos en la obediencia."

I despidiéndose, salió acompañado por el Vicepresidente i seis diputados, los que, vueltos a la Casa Convencional, se leyó el papel indicado, i es como sigue:

"Honorable Convencion,

"Señores:

"Vais a pesar grandes intereses, i se confian a vuestras virtudes i consejos los destinos de la Patria i de nuestra posteridad. Vais a dar reglas i providencias sobre la creacion i organizacion de la Representacion Nacional, institución admirable, necesaria a la libertad i prosperidad, la primera de las garantías, como que es el apoyo i salvaguardia de todas las demas. Vais a poner los cimientos de la lei fundamental, que es la alianza entre el Gobierno i el pueblo, i que ase gura la quietud interior, produce la abundancia, abre recursos i afianza la justicia. Mi corazon es delicia al veros reunidos, i este dia tanto tiempo deseado en que veo instalada la Convencion honorable, es para mí el mas glorioso i de mayor consuelo despues de los disgustos de una administración nueva i erizada de obstáculos.

"Conozco bien que la honorable Convencion no reviste todo el carácter de representacion nacional, cual se tiene en otros países constituidos, i gozaremos despues, empero, siendo una reunion popular respetable, i la única que legalmente se podia tener por ahora, yo le dirijo la palabra como si estuviese congregado en esta sala todo el pueblo chileno, cuyos intereses he mirado como padre i cuya seguridad i glorias ha sostenido mi espada. Con este objeto está desenvainada mas de doce años, i solo será colgada en el templo de la paz, cuando una lei de olvido no deje ni enemigos, ni ingratos; cuando ya no sirva a vuestra seguridad e independencia... Si hasta aquí no pude hacer todo lo que deseaba, culpad mi impotencia i nó mi voluntad. En la primera época de nuestra revolucion, sacrifiqué mi obediencia a errores i desgracias que sumieron la Patria en dura esclavitud. Volví en busca de su libertad, i recibí su direccion en dias de placer i de luto. Al triunfo en Chacabuco fué consiguiente la fuga de algunos enemigos que empapaban en sangre el suelo que corrían, cargaban con los tesoros, dejaban yermas las plazas i se agavillaban en Concepcion para mejor resistencia. Poco mas de cinco años han trascurrido, i en ellos se han formado cuerpos veteranos, que custodian la libertad, i han ido a darla al Perú i a Chiloé: en ellos se ha creado una marina que estinguió los enemigos del Pacífico; en ellos se formó Erario, que ha duplicado sus ingresos, se organizó provisoriamente el Estado, ha dado principio la agricultura, la industria i el comerció, i están para plantearse varios proyectos de beneficencia pública.

"A vosotros toca, padres de la patria, el mejoramiento i perfeccion de la obra comenzada. Demasiado tiempo he llevado sobre mis débiles hombros la pesada máquina de la administracion, i os suplico encarecidamente que hoi mismo me descarguéis de ella. Hasta aquí todo fué provisorio, i todo queda a vuestra eleccion. Cualquiera que sea el digno ciudadano que llamáreis para que me suceda en la majistratura, mi espada estará siempre a su lado en los riesgos, hasta que la constancia, la prudencia i las negociaciones nos den la seguridad de la paz, i el reconocimiento que debeis procurar de nuestra independencia. Os hablo francamente: no mueven mi súplica el temor de las fatigas, ni los riesgos de la guerra, ni las amarguras que trae un erario escaso, ni la falta de recursos por haberse establecido un sistema de crédito, ni haber ni aun bienes nacionales, i estar en su infancia la industria i el comercio; ni es tampoco el conocimiento de las innumerables cosas que nos faltan i que, debiendo crearse, reformarse, restablecerse, exijen grandes talentos i actividad; sino un sentimiento profundo que abriga mi corazon, i que hace mi permanencia en el mando incompatible con mi delicadeza.

"¡Caros compatriotas! yo os doi cordiales gracias por el celo i lealtad conque me habéis acompañado en los grandes riesgos de la patria, i por los sacrificios que sufristeis para vengarla i defenderla para siempre. La recibí aun esclavizada; os la entrego libre i ceñida de laureles, pero en su infancia i en debiles principios. Toca a vuestras