Núm. 166
Por el Ministro de Estado en el departamento de Gobierno se me ha dirijido una nota con fecha de ayer, 21 del corriente, en que se me hace saber que S.E., el Señor Supremo Director, de acuerdo con la mui Honorable Convencion, ha resuelto el que yo sea reintegrado al uso i ejercicio de mi ministerio pastoral, para reasumir el gobierno de la diócesis, con la estension de autoridad, plenitud de jurisdiccion i demás atribuciones de su divina institucion.
Aquella sabia Providencia que por sus irrevocables designios, mortifica i vivifica según nos conviene, tenia reservado poner término a mi difícil situacion en la feliz época de tan ilustre Corporacion, i que yo tuviese la satisfaccion incomparable de verme restituido al seno de mi iglesia i reunido a mi cara esposa despues de una larga i triste separacion, en que he apurado hasta las heces el cáliz de la tribulacion; por el voto de los dignos representantes de la voluntad jeneral de la misma grei, de cuyo réjimen i gobierno espiritual estoi encargado por disposicion de la propia Divina Providencia, satisfaccion difícil de esplicar, i solo conmensurable con la magnitud del beneficio; de la grandeza de la mano por que se me dispensa, i de lo sumo de mi reconocimiento. La imposibilidad de manifestarlo como quisiera, por faltar, para hacerlo como es justo a mis espresiones i actitud, convierte mi desahogo en opresion. En tal conflicto, no queda otro recurso que el dirijirine a la mui Honorable Convencion, por el respetable órgano de US., como su benemérito Presidente, suplicándole con toda la confianza que infunde la bondad, se digne hacer presente a sus ilustres miembros el debido tributo de mi reverente gratitud, i la mas rendida accion de gracia por su relijiosa consideracion a la divinidad sagrada, que tan sin merecerlo me resviste. —Dios guarde a US. muchos años. —Doctrina de Ñuñoa i Agosto 22 de 1822. —Joseph Santiago, Obispo de Santiago. —Al I.S. Presidente de la Honorable Convencion don Francisco Ruiz Tagle.
