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SESION DE 26 DE AGOSTO DE 1823

presentar por ésta, como su diputado; en cuya virtud, tengo el honor de significarlo al señor Secretario para que se sirva elevarlo al Soberano Congreso, como contestacion a la distinguida nota de hoi, en que se me trata del particular. —Santiago, 25 de Agosto de 1823. —D.J. Benavente


Núm. 139

La Comision encuentra mui oportuna la sancion del proyecto de lei presentado por el Gobierno sobre la traslacion de hospitales, su autorizacion para enajenar la propiedad nacional llamada Quebrada de San Pablo, con tal que de ella resulte la situacion de los hospitales fuera de los puntos de donde corren los aires dominantes i que bañan la poblacion.

A mas, el que construyéndose un edificio segun reglas i adecuado a su objeto, circunstancia de que carecen los tres actuales, queden otras tantas casas que pueden emplearse en establecimientos públicos de que tenemos, o reemplazar con su precio los gastos que ahora se hagan.


Núm. 140

Señor:

He sabido que el Soberano Congreso ha dispuesto ocupar próximamente su atencion en el debate i resolucion de la gran cuestión que hoi se presenta a la América, de si es útil o perjudicial a sus intereses que los Gobiernos de Colombia, Chile i el Perú se adhieran i conformen con los tratados que ha celebrado el 4 de Julio último el de Buenos Aires con los comisionados españoles existentes en aquel territorio; i aunque yo no debo dudar un instante que la alta política, prevision i discernimiento de los ilustres miembros del Soberano Congreso han de manejar este importante negocio con el pulso i circunspeccion que demanda su grave i delicada entidad, sin embargo, como representante del Gobierno peruano i en precaucion de las funestas trascendencias que por sus resultados pudiera ocasionar a éste cualquiera medida de suspension o revocacion de auxilios que le están decretados por el de esta República i deben partir de ella instantáneamente a llenar los planes de la campaña que va a consumar la libertad política del Nuevo Mundo, me creo con suficiente derecho para protestarlas ante el Soberano Congreso i a la faz de todo el mundo como nocivas i ruinosas a mi República i a la América en jeneral.

No son menester grandes talentos ni mui elevada política para prever desde ahora la suerte que podria esperarnos si abrazásemos por desgracia la estipulacion celebrada en Buenos Aires; una mediana i atenta reflexión del jenio, índole i disposicion de nuestros antiguos dueños, de lo que ha pasado en sus últimas córtes, de cuyos designios son ejecutores los comisionados de nuestra actual posicion, espíritu público i recursos, i sobre todo de la situacion política i acontecimientos presentes de la España i de toda la Europa como del Perú i demás secciones de ámbas Américas, es mas que suficiente para fallar contra una medida que en ningún sentido i por ningún aspecto puede sernos favorable, sean cuales fueren los arcanos de la misteriosa política que la ha dictado.

Aquí se me agolpan un sinnúmero de ideas de refutacion que en otra pluma serian victoriosas i decisivas; pero observador del patriotismo que desplegó el virtuoso pueblo de Chile desde el momento en que llegaron a su noticia esos tratados, espresándose contra ellos con admirable juicio i cordura, me abstendré de repetir cuanto se ha dicho i de defraudar al Soberano Congreso mas tiempo que el mui breve i preciso para unas lijeras observaciones.

La Sala de Representantes de Buenos Aires, impone a su Gobierno la forzosa obligacion de no entrar en convenio alguno que no parta de las condiciones de cesacion absoluta de guerra en todo el Continente i reconocimiento de su independencia; el Gobierno, en el que celebra el 4 de Julio, salva la una i prescinde de la otra, acaso mas sustancial i necesaria. Pregunto yo; ¿ha podido o debido concluirlo válidamente con solo calificarlo i darle el nombre de Convencion preparatoria o preliminar de un ajuste definitivo, siendo en la realidad un verdadero tratado, i de una trascendencia acaso perentoria i concluyente? La Sala, que debió estar advertida mui de antemano de las facultades de los comisionados españoles de no poder otorgar sino armisticios i pactos interinos de comercio, objetos ámbos a cual mas desventajoso a los Gobiernos de América; penetrada, por otra parte, del verdadero espíritu con que están concebidas éstas i lo dan a conocer los mismos diarios de sus sesiones, cerró las puertas a toda proposicion que no trajese su oríjen de la emancipacion americana. La Sala, pues, de Representantes de Buenos Aires se ha conducido en tan crítica coyuntura de una manera tan justa como laudable, a los ojos de todos los Gobiernos libres del Continente.

La suspension de hostilidades con la España por cerca de dos años, i relaciones comerciales con ella durante esta época, entiendo que son dos cosas que nos envuelven en destruccion i ruina. Suspension de hostilidades con un enemigo nulo e impotente, con una nacion dividida i debilitada, combatida ademas de enemigos esteriores. ¿Donde están esos navios, esas escuadras, esos ejércitos cuya fuerza imponente i destructora se quiere paralizar i detener con este arbitrio? ¿No es cierto que en toda la América ya no existen otros rivales que tres o cuatro españoles que, aterrorizando a nuestros mismos hermanos los