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SESION DE 3 DE OCTUBRE DE 1823

política ni fué, ni es, ni será. A este pensar guia el simple cotejo del reglamento interino con la Constitucion provisoria, i la última en sus subpicacísimos artículos. Puede que la que se asegura en fundicion nos saque del potrero i nos constituya racionales en sociedad, i al hombre en los goces del órden i su benéfico influjo. ¿Pero está, ni podrá estar en libertad de gozar el ente razonante, sensible, atravesado de amarguras, vejado i por todos lados amenazado i combatido?

Las grandes sumas que de contado se arrebatarian al Estado, i se ofertan para lo que sus circunstancias bien combinadas convencen estemporáneo e impracticable, hacen inferir cuánto la esperiencia repetida de lo que ha sido de otros caudales, persuade mas que verosímil. Tampoco se prescribe para qué sean necesarias, ni en qué habrian de invertirse con utilidad i seguro, siendo evidencia palpable que todo se resiente precario, i en tal franqueza que casi por sí se desploma. La integridad se toca sobremanera desquiciada, el entusiasmo patrio en consumado hielo, las omisiones en pujanza, la rejeneracion intacta, i a solo don Gil de bastidor en bastidor sin entrar jamas al salón de Deidad que mas burla que conoce i respeta. De no ser así ¿Cómo tan poca mira a la República i sus fondos que se descuida en meditar con económica providencia los medios incruentos de adornarla en todo lo que la decorice? Cuatro tantos mas de ese numerario que tanto ha de costar a Chile, caso que del todo no lo arruine, o divida puede con beneficio jeneral i sin agravio de alguno situarse durablemente i en perpetuidad a mantencion, i costeo de la educacion literaria. Concédale, Vuestra Soberanía, en usufructo imperturbable la plaza mayor, las plazuelas todas i los tramos de la Cañada que no son de trabajo; i ya en los dos primeros años habrá una entrada efectiva de 400 pesos lo ménos cada mes, al tercero 600 pesos, al cuarto 800 i del quinto para siempre 1,000 o algo mas limpios, que corresponden a un capital de 300,000 pesos sin riesgo, continjentes ni fallas en principal, i réditos.

En estos lugares de la Merced se pondrán cajones sobre ruedas, de dos i media varas de frente, tres de fondo i tres de alto, i que las puertas les sea toldeta. Se colocarán en dos hiladas, la una con la cara a la pila, la otra a la calle. La plaza mayor da cabida para 320, la de la moneda para 40, en la Cañada a los frentes del paseo 32, en la de la Universidad 12, en el muladar de Santo Domingo 160, i en proporcion en las demás que las permitan. Costearlas todas demanda gastos considerables, i se suple convocando por carteles los que quieran especular en ellos; convite a que acudirán por las ventajas, primera, de no pagaren los dos primeros años mas que un peso mensual por el piso, en los que ahorran los 48 pesos, en el tercero 12 reales, ahorro 18 pesos que con los 48 suben a 66 que exceden al gasto; en el cuarto 2 pesos ahorro 12 pesos que son ganancia; en el quinto i demas pagarán 3 pesos; segunda, la posesion i su preferencia, a que sigue el precio a que podrán negociarla; i afianzará el arriendo. De estos cajones unos ocuparán mercancías; otros zapatos; otros fierro viejo i labrados; otros menestras; otros efectos de Ribera; otros dulces, pastas, confituras; otros especerias i condimentales; otros pan de lujo, vizcochos, rosquetes; otros obras de sastrerías; otros de trensados; otros para artistas que se establezcan, i para los masque quieran. He ahí al público con cuanto pueda apetecer reunido en un mercado universal, propagando el comercio a los de corto principal que sustentarán 400 familias, i habilitado el débil sexo a un jiro acomodado. El dia que convenga la plaza mayor vacia, la víspera se da la órden, i los cajones caminan para donde no embaracen. En un accidente de fuego, se hecha luego fuera el incendiado i queda cortado. Con dos serenos los tienen guardados, cubriéndolos de hojas de lata o por plomadas en las junturas los libran de las aguas, i en ellos cada cual resguarda sus intereses como quiera, i la condicion de sus puertas los defiende mejor que en una tienda. Su uniformidad hermoseará mucho la plaza, que se hará un sitio de recreo i en la noche la alumbrarán toda. No es Santiago punto mas que Madrid, i su plaza mayor i plazuelas lucen este adorno.

Con esta entrada i lo de los secuestros aplica dos justamente puede bien ensayarse en el Instituto ese plan científico normal, aunque se reponga el Seminario i vuelvan a la Universidad sus cátedras; i puede ya consultarse la eleccion del que lo rija, ya esperanzar a los padres en que aprovecharán los alumnos, i no les estragará, ya animar la juventud a la aplicacion con el estímulo de que su estima, i colocaciones las garantiza el adelantamiento que acrediten. Conseguirlo no es difícil, quitando el gran retraente, asunto del que a este seguirá, i cuya aceptacion con suceso mitigará el disgusto en que a todos tiene lo que dicen perdió su tranquilo regalado estar con la sangre i fortunas que ha costado la revolucion. Los pensamientos bartulan melancólicos, recelosos de un rudo porvenir. A sus oidos el ramal chilla, sus ojos asustados ven los cordeles del exactor, los furores del publicano, i la carcajada de los medrados. Se recuerda con lágrimas el rapto precipitado del moderador de sus conflictos i restaurador del metro fiscal. Todo se teme, de todo se duda, lo que se lee intimida, lo que se medita atribula, lo que se oye horripila el aspecto de la Nacion pasa de calamitoso; ojalá Vuestra Soberanía rasgase el velo que se lo desfigura para que acelerase calmantes, imperando fuese claridad cuanto hormiguea en misterios. Vuestro poder apresure sus bondades, haga visibles sus paternales conatos; provéala con lo que ha de pagar, de aquello que mas le insta a su defensa, representacion i comodidad, como v. gr. de dos puentes en Pudahuel que faciliten en el invierno