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EL CONGRESO NACIONAL I DON CÁRLOS ELPHISTONE
XXIII
COMUNICACIONES CAMBIADAS ENTRE EL CONGRESO NACIONAL I DON CARLOS ELPHISTONE FLEMING,
COMANDANTE DEL NAVÍO DE S. M. B. “STANDARD”


El comandante del navío ingles Standard anuncia al Congreso su arribo a Valparaiso, i le comunica que ha sido comisionado con el objeto de conducir a bordo del navío de su mando a los diputados que Chile haya elejido para las córtes españolas, i ademas, que tiene autorizacion para recibir el dinero que esta colonia debe enviar a España como subsidio de guerra. El Congreso le contesta que Chile no ha verificado la eleccion de los diputados a córtes, i que, a causa de la pobreza del erario, se encuentra en la imposibilidad de enviar subsidios a la Península. En un último oficio, el comandante ingles, despues de esforzarse por desautorizar la falsa suposicion de que la Inglaterra favorece la independencia de las colonias hispano americanas, reitera al Congreso su ofrecimiento para conducir a hordo del navío de su mando a los diputados que Chile elija para las córtes españoles.



Oficio del comandante Fleming

Excmo. Señor:

Tengo el honor de anunciar a V.E. mi arribo a este puerto, en el navío de guerra Standard de S.M.B., comisionado por el gobierno español e ingles para conducir pliegos del real servicio i público; i, siendo estensivo este encargo a la capital de Lima, solo me detendré aquel preciso término para que V.E. pueda contestarme sobre los dos principales objetos a que es terminante mi mision, a saber: Si este reino tiene elejidos i dispuestos a partir a la Península los diputados propietarios que le han de representar en el congreso jeneral de córtes, en cuyo caso los conduciré a bordo del navío de mi mando; i, en el de que no se halle aun realizada su eleccion, i pueda verificarse durante mi permanencia en Lima, regresaré a recibirlos i tendré la mayor satisfaccion de conducirlos a España, porque su reunion a los demas de la monarquía española de ambos hemisferios, es la confianza del pueblo español, de ellos i el deseo constante de las naciones aliadas, que lo consideran el típico remedio de restablecer la tranquilidad i oponerse vigorosamente al enemigo comun.

El otro de mis principales encargos es la conduccion de los caudales que deben remitirse a la Península de estos dominios, objeto tan interesante en el dia, que sin él no es posible auxiliar los esfuerzos que la nacion española i sus aliados hacen por sacudir al enemigo, que esperimenta, a su pesar, el poder que tiene una verdadera alianza i un teson constante en la defensa de la mas justa causa. La resistencia que ha opuesto la nacion española al tirano, le ha hecho conocer que sus intentos, si tuvieron algun éxito en su principio, son desgraciados desde el momento que consolidó su gobierno en el congreso de córtes, estableciendo principios liberales i reformando sus antiguos abusos.

Yo mismo le vi igualar confianza al gobierno español. Pasé a Nueva España i conduje los nuevos caudales que aquel reino remitió para la defensa de la patria, i tambien los señores que se hallaron en disposicion de trasladarse a España, nombrados para el congreso de córtes; recibiendo los caudales que los particulares querian rejistrar para España, cuyo anuncio espero que V.E. se sirva comunicar al público. —Tengo el honor de ser atento servidor de V.E. —Cárlos Elphistone Fleming. —Excmo. señor presidente gobernador del reino de Chile. —A bordo del