DISCURSO PRONUNCIADO POR DON BERNARDO VERA EN EL CONGRESO DE 1811, EN LA SESION EN QUE SE LE RECIBIÓ COMO DIPUTADO DE LAS PROVINCIAS DEL RIO DE LA PLATA
Señor:
Cuando el gobierno de Buenos Aires me distingue con su ▼diputación cerca de V.A., no aprecio tanto el concepto con que se me honra, como la inmediación a que se me constituye para poder tener ocasiones de acreditar a V.A. que soi un chileno por elección, patriota por justicia i por principios, i apoderado de Buenos Aires en Chile, con el solo objeto de consolidar entre ambos estados una confederación capaz de hacer incontrastable el sistema que hemos adoptado, i que pondrá en confusion a nuestros enemigos cuando vean que, auxiliándonos recíprocamente, lo afianzamos sobre aquellas máximas de verdadera unidad que forman la barrera invencible de los ▼pueblos libres i jenerosos. Si, señor, ese estranjero ambiciona, mas por nuestra rica América que por la gloria de su lejítima dignidad, no puede ser indiferente a los felices triunfos a que nos convidan las circunstancias i la Providencia. Siempre nos ha conocido bajo el servil aspecto de infelices colonos; i aprovechándose de la crisis agonizante de la España, i de los graves acontecimientos que empeñan la constancia inimitable de Buenos Aires, ya se quita la máscara para invadirnos, no tanto en la posesión como en el deseo mismo de la propiedad. El gabinete del Brasil, que hace dias había pensado, sin duda, que los americanos éramos una porcion mostrenca que necesitaba de un depositario estranjero, se ha declarado contra Buenos Aires al impudente pretesto de auxiliar a Montevideo, por conocer que le faltan los derechos, que ha renunciado con la mayor solemnidad; i que cuando se creyere con algunos, vueltos los pueblos a los que ordinariamente les competen en la soberanía, ésta no será sino de quien ellos quieran, para que solo su pacto pueda trasferirla. Queremos a Fernando, i nadie podrá usurparnos esta voluntad esclusiva. Buenos Aires es la fortaleza avanzada del opulento Chile; allí se estrellaron las miras ambiciosas de la Gran Bretaña en el año de 1806, i la destrucción de 6,ooo hombres con que venia Crawford contra Chile, hizo ver a los ingleses i al mundo entero que este reino tenia colocada su vanguardia en el valor esclarecido de sus hermanos de Buenos Aires. Vean lo mismo los esclavos de la Inglaterra; i una alianza íntima de sentimientos i de auxilios a los valientes que entonces nos salvaron, afiance hoi la justicia de una misma causa i la estabilidad de los derechos de la patria. Ella eficazmente se interpone con V.A. por el socorro de la posible cantidad de pólvora que pide Buenos Aires, que Chile le ha ofrecido jenerosamente, i que yo espero de la noble franqueza, justa gratitud, sagrada palabra i necesaria confraternidad con V.A. Mi corte será eternamente reconocida; i cuando las jeneraciones venideras publiquen sus victorias, el respetable nombre de V.A. resonará majestuosamente en el canto heroico que aplauda la memoria de esta potencia magnánima que tuvo tanta parte en los mejores triunfos de su aliada.