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ACTA DE LOS ACUERDOS DE 27 DE JULIO DE 1813

se verian éstas frecuentadas de solo esta especie de cursantes, i estinguida, con dolor, la educacion selecta de colejio.

Yo, quizás, tengo pasion por ésta, porque un colejio fué el taller de la mia, aunque por otra parte la veo autorizada con el dictámen de los sabios de todos tiempos: el señor Clemente XIV dice, es preferible a la doméstica, porque en ésta falta la emulacion; el marques de Caracciolo asegura que, aunque no se sacara otra ventaja de los colejios que la del órden i método a que acostumbra la distribucion, se habria ganado mucho para toda la vida sucesiva; de aquí vendrá, señor, que las naciones cultas han tenido colejios para la educacion de su juventud; los ejipcios i babilonios, los judíos, griegos i romanos, nuestra España siguió estos mismos pasos, imitando la Italia, Francia, i en la última revolucion de ésta, ayudó a salvar la patria una fundacion de esta clase, que hizo Bonaparte bajo los auspicios i direccion del gran Dubeloc, arzobispo de Paris. No tenia necesidad de salir de esta capital, ni citar los colejios de Córdoba, Tucuman i Buenos Aires, para demostrar esta importante verdad; ni ménos tengo necesidad de añadir una larga nomenclatura de los colejios de Inglaterra, Paises Bajos i Altos de Europa, etc.; los aprovechamientos que ha recojido, i recoje el público de aquellos i demas de nuestra América, nos la ponen en las manos. Es preciso confesar que los jóvenes enclaustrados bajo reglamentos correctos de moral e ilustracion, salen buenos e instruidos casi por necesidad.

Ciñéndome a las constituciones del colejio de mi cargo, desde el momento que recuerdan por la mañana, ponen su atencion a la piedad; la campana les llama al templo donde hacen oracion a Dios; si alguno la omite, se presenta por lo ménos a éllo; si la resiste, su corazon queda grabado con un cierto deber; si la procura, ha logrado metodizarlo, ponerlo en su natural situacion i aspecto, apto i pronto para recibir las ideas de instruccion, i dirijirlas, para darles algun dia un curso reglado i prudente. No se crea que hago de místico indiscreto; Cárlos XII era un jóven conquistador i luterano, i diariamente obligaba a sus tropas a oracion, tanto que, por ésto i algo mas, protestaron los turcos que era un verdadero musulman. Este es el órden de la naturaleza, cuando olvidamos el de la gracia. Dichas constituciones siguen uno i otro, proporcionando ántes i despues de la santa misa el estudio del idioma latino, filosofía, teolojía dogmática i moral, leyes i cánones; bien que estas facultades reunidas en un pasante, como están, no pueden enseñarse con la exactitud que merecen, i pide la necesidad. Así como el dia empieza con el ejercicio de la piedad, así tambien se cierra i termina en la noche; las confesiones i comuniones cada mes, i los ejercicios espirituales una vez al año, no se dispensan. Opino que el colejio de mi direccion, está nivelado a sus constituciones en lo sustancial i posible, i que éstas son ilustradas i oportunas. Si aun a vista de esto los padres de familia se lamentan de que no tienen dónde educar sus hijos, como asegura don Manuel de Salas, sabrán tambien los motivos que degradan al colejio Carolino de la clase i destino que tiene de casa de educacion; si lo saben, V.A. tiene derecho a exijirles su confesion, i ellos obligacion de hacerla; impuesto V.A. del todo, podrá proceder a remediar i cortar los vicios en su oríjen. Todo el colejio estará siempre abierto a las discretas miras i órdenes de V.A.; pero si mi apolojía por él es justa, suplico a V.A. se digne fijar su alta i benéfica atencion en promover arbitrios i apoyarlos, que proponga para su sosten i progesos bajo los reglamentos de clausura que le rijen. Conozca el público las grandes utilidades que le resultan de esto, i en dando pruebas de que lo conoce, confiando con mayor jeneralidad su juventud a su educacion, entónces vendrá mui bien la reunion de la academia, sus particulares i demas que propone su director. Miéntras el colejio no se vea suficientemente poblado de alumnos, siempre temeré que dicha reunion sea para su ruina; no la desprecio. Yo querria que mi colejio abrigara en su recinto toda especie de educacion, i que de élla participara el público que no tiene con qué costear las pensiones alimenticias del colejio, con toda la estension que éste dispensa la que posee a sus alumnos; pero, repito, que primero se consolide ésta, que será el fundamento de la otra.

La reunion del seminario conciliar con éste, en unas mismas aulas, si que me parece oportuna i mui ventajosa a entrambos; ella economizaria las rentas de pasantes o catedráticos, pues podrian pagarlos cada colejio por mitad; utilizábamos la emulacion que es consiguiente a la union de diversos gremios, i la conveniencia de la ocupacion permanente de la casa que hoi alquila don Ambrosio Gomez. Las ventajas de esta reunion facilitaria, seguramente, la que propone don Manuel de Salas, con la estension que ambos deseamos. La union de los dos colejios en los términos propuestos, es la que directamente auxilia los fondos del Carolino, que es la necesidad urjente en el dia: es tanta la diminucion de sus fondos i entradas, que se halla descubierto respecto de sus empleados que fueron i son, en la cantidad de cuatro mil quinientos catorce pesos, segun las cuentas del año próximo pasado, que se dignó aprobarme el superior gobierno. Esto procede de la alteracion que hubo en los alquileres de sus posesiones, con la traslacion de la real casa de moneda; procede de la rebaja de cuatrocientos pesos anuales, que sufrimos a favor de las temporalidades, i en descuento de dos mil pesos que prestaron al colejio; i principalmente, procede del continuo número de alumnos que éste tiene, i tuvo hace años. La primera causa está remediada en cuanto fué posible, i si ocurre algun arbitrio que la quite del todo, lo