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I
Acta de la instalación de la Primera Junta de Gobierno, en 18 de setiembre de 1810


Se promete la reunion de un Congreso Nacional


En la mui noble i leal ciudad de Santiago de Chile, a 18 de setiembre de 1810. El mui ilustre señor presidente i señores del cabildo, congregados con todos los jefes de todas las corporaciones, prelados de las comunidades relijiosas i vecindario noble de la capital, en la sala del real consulado, dijeron: Que siendo el principal objeto del gobierno i del cuerpo representante de la patria el órden, quietud i tranquilidad pública, perturbada notablemente en medio de la incertidumbre acerca de las noticias de la metrópoli, que producian una diverjencia peligrosa en las opiniones de los ciudadanos, se habia adoptado el partido de conciliarlas a un punto de unidad, convocándolos al majestuoso congreso en que se hallaban reunidos, para consultar la mejor defensa del reino i sosiego comun, conforme a 10 acordado; i teniendo a la vista el decreto de 30 de abril, espedido por el supremo consejo de rejencia, en que se niega toda provision i audiencia en materias de gracia i justicia, quedando solo espedito su despacho en las de guerra, con consideracion a que la misma rejencia, en su manifiesto de 14 de febrero último, ha remitido el de la instalación de la junta de Cádiz, advirtiendo a las Américas que esta misma podrá servir de modelo a los pueblos que quieran elejirse un gobierno representativo; i suponiéndose que toda la discordia de la capital provenia del deseo de igual establecimiento, con el fin de que se examinase i decidiese por todo el congreso la lejitimidad de este negocio. Oido el procurador jeneral de ciudad, que con la mayor enerjía espuso las decisiones legales, i que a este pueblo asistian las mismas prerrogativas i derechos que a los de España para fijar un gobierno igual, especialmente cuando, no ménos que aquellos, se halla amenazado de enemigos, i de las intrigas que hace mas peligrosa la distancia, necesitando a precaverlas i preparar su mejor defensa: con cuyos antecedentes, penetrado el mui ilustre señor presidente de los propios conocimientos, i a ejemplo de lo que hizo el señor gobernador de Cádiz, depositó toda su autoridad en el pueblo para que acordase el gobierno mas digno de su confianza, mas a propósito para la observancia de las leyes i conservacion de estos dominios a su lejítimo señor i desgraciado monarca don Fernando VII. En este solemne acto todos los prelados, jefes i vecinos, tributándole las mas espresivas gracias por aquel magnánimo desprendimiento, aclamaron con la mayor efusion de su alegría i armoniosa uniformidad que se estableciese una junta presidida perpétuamente del mismo señor conde de la Conquista, en manifestacion de la gratitud que merecia a este jeneroso pueblo, que teniéndole a su frente se promete el gobierno mas feliz, la paz inalterable i la seguridad permanente del reino. Resolvieron se agregasen seis vocales que fuesen interinos, miéntras se convocaba i llegaban los diputados de todas las provincias de Chile para organizar el que debia rejir en lo sucesivo. I procediendo a la eleccion de éstos, propuesto en primer lugar el ilustrísimo señor doctor don José Antonio Martinez de Aldunate, se aceptó con jeneral aprobacion del congreso; sucedió lo mismo con el segundo, el señor don Fernando Mar