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SESION DE 3 DE OCTUBRE DE 1820

el auxilio del pueblo para los menesteres domésticos, podrá ser útil el cobre, aunque su novedad tendrá al principio dificultades i acaso descrédito. Para el Erario es inútil.

Hace dias que he pensado en si pudiéramos crear asignados o papel moneda, sobre el valor efectivo de los bienes raices secuestrados, cuya venta no es fácil al contado, i poner en circulacion un caudal cuyo valor es real i verdadero, i que ahora tenemos muerto por falta de compradores. El proyecto parece especioso. Tiene la ventaja, sobre los vales de la Europa, de no ser un crédito estimativo, sino un fondo real i seguro. Que los mismos valistas pueden encargarse de vender los fundos i redimir sus vales, o de comprarlos con los mismos vales. Que entre tanto, los intereses de estos vales son segurísimos (i no espuestos como en Europa), porque resultan del producto de los fundos. Que el Erario, pagando un tres o un cuatro por ciento al vale, puede utilizar lo demás que produzcan los fundos. Que aun los mismos estranjeros que se avecinden en Chile, comprarán los asignados para adquirirse los fundos, etc.; pero estas materias son tan delicadas en los Estados nuevos, i en revolucion necesitan tan buenos conocimientos de lina economía estadística, que yo no me resolvería sin mucha meditacion i estudio.

Es cuanto puedo esponer a US. sobre el papel que se me ha pasado para dar mi dictámen. —Santiago i Octubre 31 de 1817. —Juan Egaña.


Núm. 573[1]

Excmo. Señor:

Aunque las reflexiones del doctor don Juan Egaña sobre el papel que V.E. me ha pasado para dar mi dictámen, son mui juiciosas i exactas, dan lugar a una que nace de ellas mismas i parece que recomienda la amonedacion del cobre. Aquéllas concluyen afirmando "que si se trata de facilitar el auxilio del pueblo para los menesteres domésticos, podrá ser útil el cobre." Esto es conforme al uso de todas las naciones; por consiguiente, debe adoptarse en Chile, donde tanto se echa de ménos una moneda provincial que, subdividiendo las usuales, facilite las compras i ventas por menor, que componen la mayor parte del total que se vende i compra. Mutiplicando estos pequeños contratos, se daria mas rapidez al comercio interior, que es en cierto modo dilatarlo i darle estension.

Los cuartillos de plata no bastan i son de poca consistencia; a mas se estraen del reino, i si al cobre sucediese lo mismo, porque lo apeteciesen otras provincias, como no es dudable, entónces Chile acuñaría mas, i de esta amonedacion, no solo resultaría el auxilio de su menudeo sino el incremento de su Erario, cuya magnitud no puede manifestarla la mera teoría, i convendria examinar con la esperiencia sus indudables ventajas. Una tentativa, no solo no trae riesgo, sino una utilidad segura, que puede ser precursora de otra mayor.

Debe esperarse que se estienda el uso de estas monedas a todo el continente, donde por su defecto se acostumbran otras que fabrica cada dueño de casa de abastos i que solo tienen curso en determinadas tiendas. A ellos i a los compradores serán indubitablemente mas apreciables unos signos admitidos jeneralmente, de mas duracion i mas decentes; i en tal caso, Chile encierra todas las proporciones para proveer grandes sumas amonedadas en una oficina vasta i desocupada, en el país del cobre, jornales i demás artículos tan abundantes i baratos. Todas las circunstancias claman por un ensayo, que dará mas luces en la materia que todos los mejores discursos. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Santiago, Noviembre 6 de 1817. —Excmo Señor. —Mateo Arnoldo Hoevel.


Santiago i Noviembre 6 de 1817. —Informe el Intendente Contador de la Casa de Moneda. —Perez. —Cruz. —Astorga. —Zañartu.


Núm. 574[2]

Excmo. Señor:

Protesto a V.E. que, contrayéndome solo a lo mui preciso para evacuar el informe que se sirve pedirme, en decreto fecha 6 de Noviembre, para amonedar cobre en auxilio del Erario, a fin de que circule en este reino, me voi a producir con la mayor imparcialidad, animado solo del deseo del honor del Gobierno i felicidad del Estado.

Es cierto que todas las naciones cultas del universo, en sus apuros, han buscado arbitrios los mas oportunos, para llenar los alcances cuando han resultado en sus estraordinarios dispendios. La historia i la esperiencia nos han manifestado en el dictámen de los mejores áulicos que se han producido en la materia, observando siempre el resultado i fin de sus productos. Que hai prospectos brillantes que deslumhran i captan la voluntad a la primera vista, no lo dudan; pero que, abandonados muchos a la línea de una séria meditacion reflexionada por el estudio i la esperiencia, cambian de aspecto en la opinion i se revierten con la injenuidad mas laudable. Si se quiere acertar en los negocios, es preciso adhe


  1. Este documento ha sido trascrito del volumen titulado Miscelánea, 1817 a 1851, tomo 161, pájina 150, del archivo del Ministerio de Hacienda. (Nota del Recopilador.)
  2. Este documento ha sido trascaito del volumen titulado Miscelánea, 1817 a 1851, tomo 161, pájina 151, del archivo del Ministerio de Hacienda. (Nota del Recopilador.)