ble el adelantamiento, aunque lento, de nuestras negociaciones. —Dios guarde a US. muchos años. —Lóndres, Enero 9 de 1820. —▼Antonio José de Irisarri —Señor Ministro de Estado en el departamento de Relaciones Esteriores.
Núm. 300
Tengo la honra de acompañar a V.E. el adjunto espediente iniciado por el oficial mayor interventor de la aduana de Coquimbo sobre aumento de sueldo, para que V.E. se sirva acordar lo que estime de justicia. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Palacio Directorial, Mayo 30 de 1820. —Bernardo O'Higgins. —Excmo. Senado.
Núm. 301
Excmo. Señor:
Si el presbítero don Luis Marulanda, capellan de la escolta directorial, va a salir del servicio con el objeto de pasar al nuevo reino de Granada, es justo se le den todos los caidos, i lo que se le ha descontado por cuenta del tercio del sueldo que se le señaló, pór ser una deuda lejítima, porque ya se retira de este país i porque se dirije a uno de los remotos lugares de su procedencia. Es cierto que las urjencias i apuros del Erario impiden allanar el cubierto de nuestras pasivas dependencias; pero atendiendo a que Marulanda es un eclesiástico pobre, que vino a nuestro territorio emigrado i huyendo de los enemigos i opresores déla América, pidiendo el auxilio i proteccion que se le dispensó jenerosamente; que en el dia arrostrando por inconvenientes intenta volver a su nativo suelo; que una razón de confraternidad exije se le proteja, i, sobre todo, considerando que la deuda no pasará de ciento veinticinco pesos; opina el Senado que, por estos antecedentes, es digno de la gracia que impetra de V.E. i que podrá dispensarle sin ejemplar, mientras las necesidades del Estado no presenten oportunidad de pagar cuanto de ben. —Dios guarde a V.E. —Santiago, Mayo 31 de 1820. —Al Excmo. Señor Supremo Director.