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SENADO CONSERVADOR

estado de cosas, es mui calculable que para dar a aquella provincia una actitud imponente contra los enemigos del órden i contener los progresos de la anarquía, sea preciso auxiliarla con tropas, cuyo número talvez no baje de mil quinientos hombres. Para este caso, que desgraciadamente debemos esperar mui próximo, ha de aprontarse la fuerza, el dinero, los víveres, bagajes i cuanto concierna a facilitar el paso de la sierra. Yo lo hago presente a V. E. para proceder inmediamente a estos preparativos, si acordamos sobre ello en opinion. —Dios guarde a V. E. muchos años. —Santingo, Febrero 15 de 1819. —Bernardo O'Higgins. —José Ignacio Zenteno, secretario. —Excmo. Senado del Estado.


Núm. 392

(Reservado)


Excmo. Señor:

La interceptacion de correos que hace mas de un mes se esperimenta con la capital de las Provincias Unidas, las noticias que me suministra el Gobernador-Intendente de la provincia de Cuyo, con respecto a la guerra de anarquía que se está haciendo en las referidas provincias, por parte de Santa Fé, me han movido, como un ciudadano interesado en la felicidad de la América, a tomar una parte activa, a fin de emplear todos los medios conciliativos que estén a mis alcances para cortar una guerra que puede tener la mayor trascendencia a nuestra libertad. A este objeto he resuelto marchar a dicha provincia de Cuyo, tanto para poner ésta a cubierto del contajio anárquico que la amenaza, como el de interponer mi corto crédito tanto con mi gobierno como con el de Santa Fé, a fin de tramar una contienda que no puede ménos que, continuada, ponga en peligro la causa que defendemos.

El jeneral Balcarce queda encargado del mando del Ejército de los Andes; V. E. podrá nombrar para el de Chile el que sea de su superior agrado.

Tendré la mayor satisfaccion de volver a ponerme a la cabeza de ambos ejércitos luego que cesen los motivos que llevo espuestos i que los aprestos para las operaciones ulteriores que tengo propuestas i confirmadas por V. E. estén prontos. —Dios guarde a V. E. muchos años. —Cuartel Jeneral en Curimon, Febrero 14 de 1819. —Excmo. Señor. —José de San Matin. —Excmo. Supremo Director del Estado de Chile. —Es copia. —Zenteno, secretario.



Núm. 393

Excmo. Señor:

Acompaño a V. E. el adjunto espediente que se ha seguido por Rosalía Beltran, solicitando una asignacion, o en su defecto, una limosna, en virtud de los méritos que contrajo su finado hijo, para que V. E. se sirva acordar en la materia lo que estime conveniente. —Dios guarde a V. E. muchos años. —Palacio Directorial i Febrero 16 de 1819. —Bernardo O'Higgins. —Excmo. Senado.


Núm. 394

Excmo. Señor:

Noticias indudables nos aseguran el horroroso estado a que han reducido a las Provincias Arjentinas las ominosas contiendas de los anarquistas; se halla interceptada nuestra comunicacion con la respetable capital de Buenos Aires, i parece que ella es el objeto de los celos en jeneral, i contra quien se dirijen todos los amagos.

No se trata de chancelar sus diferencias por el arbitrio oportuno i justo de una discusion amigable, i sí solo se pretende sancionar el resultado por medio de las armas, obligando a que el pueblo mas débil admita la lei que quiera imponerle el caudillo mas fuerte. Este melancólico cuadro mortifica i llena de amargura la sensibilidad del Senado; i cuando ni el feroz Osorio ni el sanguinario Marcó nos causaron tantos males cuantos nos prepara la guerra civil de aquellas rejiones, es de absoluta necesidad que, dirijiéndose V. E. al jefe de los Orientales, le proponga una amnistía jeneral, garantiendo las proposiciones que se hicieren por los contendores, si llevan el carácter deseado de la union i de la libertad mas verdadera, cautelando por este medio consecuencias las mas funestas i desoladoras, i sin perder de vista que el fierro español no puede inferir tan profundas heridas como harian los golpes disparados por una mano doméstica.

Quizás esta gloria estará tambien destinada a la presente época, que podremos llamar la de la felicidad de Chile, Recuerde V. E. las triunfantes victorias de Chacabuco, las glorias adquiridas en los llanos de Maipú, la conclusion de la espedicion marítima española i últimamente la esterminacion del enemigo en las provincias del sur; i si no debe perderse tanta sangre vertida, si es justo aprovecharnos de la crísis mas hermosa que ha tenido nuestra revolucion, i, en fin, si peleamos por no sucumbir a las feroces manos del enemigo, que se aprovechará de esta division para formar sus glorias sobre nuestras ruinas, es preciso adoptar un temperamento conciliativo. Así lo exije la funesta trascendencia que todo disturbio traerá infaliblemente a la América, i así lo pide el bien de la apreciable libertad i la voz santa de la adorada Patria atribulada. —Dios guarde a V. E. muchos años. —Santiago i Febrero 16 de 1819. —Señor Supremo Director.