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SESION DE 29 DE FEBRERO DE 1820
  1. por el gremio, presente las cuentas de su recaudación a causa de tener entregadas partidas de consideración al proveedor jeneral del ejército, en la especie de pan, cuya cuenta no ha liquidado i quedamos a la mira de repetir nuestras reconvenciones incesantemente por ellas.
  2. Del ramo de licores de la capital tampoco se presenta deuda, porque como de órden superior se halla en administracion, no hacemos mas que recibir lo que el comisionado va entregando hasta que rinda su cuenta al Supremo Gobierno. Correa de Saa. —Trujillo.

Núm. 863[1]

Excmo. Señor:

El ciudadano don José María Portus, con el mayor respeto a V.E. hago presente, que desde la restauracion de Chile hasta la época presente no han cesado mis padecimientos aumentándose siempre por la clase de ellos. Desde aquel tiempo, Señor Excmo., ha que sufro una prision, solo interrumpida en los momentos de apuro de Cancha Rayada i la célebre jornada del cinco a que asistí, i de cuyas resultas quedé atormentado por cerca de diez meses de una grave enfermedad. Solo este corto intervalo gocé de libertad; pues aun no estaba bien repuesto cuando una órden suprema me conduce a las cárceles de nuevo, con todos los males que produce una larga i dura incomunicacion i otros rigores de este jénero; de suerte, Señor Excmo., que ya cuento dieziocho meses cumplidos en una i otra prision, i en ellas he consumido el resto miserable de los pocos bienes que los tiranos me dejaron despues de los muchos saqueos i asesinatos con que asolaron mi casa, llenaron de luto i de indijencia mi familia i despedazaron mi corazon, completando este cuadro de desgracias con la muerte de mi esposa, que siendo superior a las tropelías de aquéllos, no pudo serlo a las consiguientes desgracias de su esposo.

Yo, Señor Excmo., puedo creer que los gobier nos deban poner a cubierto sus recelos con la seguridad de aquellos individuos en quienes pueda sospecharse con fundamento una conducta equívoca, pero esto debe ser de un modo racional i en la suposicion de estar en medio de un sistema liberal; i ¿quién será capaz de tacharme que alguna vez atenté contra el órden i me porté con ménos exactitud de la que correspondía a un militar republicano? Ántes, por el contrario, yo puedo hacer ver a las juntas de la nación que he servido siempre con honor i con la mayor delicadeza i que no me he eximido de los sacrificios i servicios mas relevantes en favor de mi país. En mi emigración a las Provincias Unidas sufrí males comunes a todos; pero un empeño que me distinguió de los demás, me hizo sacrificar a mi hijo que expiró en un cadalso con la mayor afrenta por servir a su patria, obedeciendo a su padre. Este es mui público i les consta demasiado a los Excmos. Señores Supremo Director O'Higgins i Jeneral San Martin.

Yo por mí mismo no he dejado de prestar los servicios de que es capaz un jefe de mi clase; así es que desde el principio de la revolucion no ha habido campaña en que no me hallase personalmente i en la que no me distinguiese de un modo no común, como lo prueban los documentos de los diversos gobiernos bajo cuyas órdenes serví i que orijinales conservo en mi poder: todo esto, Señor Excmo., sin haber percibido jamás del Estado lo menor ni por via de sueldo ni gratificacion alguna; ántes, por el contrario, he contribuido con todos mis intereses a la patria como lo hice ver en la espedicion a Talca, en la emigracion a la otra banda i en otras diversas ocasiones, i todo esto le consta ya al Gobierno: abandonando en este tiempo i por esta causa todas mis propiedades, contribuyendo así a la estrema indijencia en que me hallo. De modo, Señor Excmo., que despues de tantos males que ocasionaron los enemigos en mi casa i familia, me hallo en medio de los mios en la mas triste miseria, sin libertad, sin honor, lleno de años i de achaques i sin tener cómo subsistir en la degradante prision en que me veo, i lo que es sobre todo, sin saber la causa ni motivo que ocasiona tantos sonrojos, tantas prisiones i por tan dilatado tiempo, que ya me constituyen en los horrores cercanos a la muerte.

En virtud de todo esto i en la de creer en V.E. los mas humanos i paternales sentimientos, espero no mirará con indiferencia los justos clamores de un ciudadano en la mayor desgracia, con los servicios i méritos ya indicados, para que de algún modo V.E. concilie mi libertad, i mis alivios con las determinaciones del Jefe Supremo, de quien emanan todos mis padecimientos: que no sea todo cárcel, todo padecer, i se me deje algún recurso para buscar mi subsistencia, la de mi familia, i reparar al mismo tiempo mi salud en los baños de Cauquenes, a que los facultativos me han destinado por hallarme en un estado de un tullimiento universal. Por tanto a V.E. suplico se digne, en virtud de lo que llevo espuesto, consultar con la suprema autoridad sobre mi libertad, prometiendo de mi parte cuanto V.E. considere conducente a este por favor, que espero de la humanidad de V.E. Suprema. —José María Portus.


Núm. 864

Excmo. Señor:

Remite el Senado a V.E. el reglamento que tiene acordado para el despacho de los Ministe

  1. Este documento ha sido copiado de la pájina 158, volumen 1,054 del archivo de Gobierno, correspondiente a los años 1819-22. —(Nota del Recopilador.)