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SESION DE 19 DE NOVIEMBRE DE 1819

ni Juzgado se admitiesen memoriales sin que fuesen hechos por abogados de estudio conocido i precediese la firma de ellos mismos, para evitar así el intolerable abuso que se comete con avanzarse con espresiones punjentes, injuriosas i ofensivas a las partes i aun contra las mismas autoridades; i aunque es verdad no se comprende en ella a los Juzgados de las villas, a lo ménos en ésta de San Fernando, se ha mandado obedecer hasta que se consulte a V.E. si debe o nó observarse.

Dos son los abogados que se encuentran, a saber: el doctor don Diego de Argomedo, el mismo que se mantiene de Asesor en todos los negocios, subrogándole en sus enfermedades i ausencias el doctor don Diego de Elizondo, que por razon del sagrado carácter que reviste, está escluido de conocer en causas criminales. La infinidad de pleitos pendientes de diversas clases i el verlos paralizados con sumo dolor de los infelices demandantes, ha movido al Cabildo a representar a V.E. la necesidad que hai que Colchagua siga en esta parte conforme ha seguido ántes, pues aun con los mismos letrados se hallan juicios pendientes i en tal caso seria preciso bajar a esa capital a cualquiera representación judicial. Sobre todo sírvase la justificación de V.E. resolver lo que estime de justicia. —Dios guarde a V.E. muchos años. —San Fernando, Noviembre 14 de 1819. Feliciano Silva. —Mateo Bustamante. —Miguel Fuenzalida. —Mateo Calvo i de los Rios. —Señores del Excmo. Senado.


Núm. 594

Excmo. Señor:

Hemos absuelto i acompañamos a V.E. el proyecto de Reglamento de Comisos que fué servido encargarnos por su comunicacion superior de 22 del próximo pasado Octubre; la premura i falta de ordenanzas establecidas para Marina, Guarda-Costas i otros ramos en que solo rijen hasta ahora órdenes provisorias, resienten su claridad i espresion i mayor comprension de casos. Sin embargo, V.E. con sus superiores luces salvará estos defectos que ha creído insuperables nuestro débil alcance, recibiendo la sinceridad de nuestros votos. —Nuestro Señor guarde a V.E. muchos años. —Santiago, i Noviembre 16 de 1819. —Excmo. Señor. —Rafael Carrera de Saa. -Agustín Vial. —Señores del Excmo. Senado.


Núm. 595

Excmo. Señor:

En Junta de Diputados del Señor San Juan de Dios se hizo presente el supremo oficio de V.E. de 9 del corriente i por él quedó instruida de que su insinuacion se dirijia a que se cediese el terreno del cementerio i el que servia para los hornos de cal de la Moneda para que, vendidos, sufragase su importe a los costos del Panteon.

La Diputacion se halla convencida de la utilidad de ese proyecto; pero al momento tocó con los graves inconvenientes de ceder uno i otro.

El Hospital ha de tener precisamente un cementerio donde enterrar sus muertos. No hai un lugar público ni panteon donde pueda por ahora verificarlo. Es de necesidad la existencia de aquel hasta que éste se concluya. Ha tendido la vista por si encuentra otro punto donde sepultar los cadáveres i no halla otro sino el que se halla destinado. En efecto, no sin detencion se elijió el del cementerio porque, ubicado en muchas cuadras de distancia del centro de la poblacion, se precave, en cuanto es posible, el que el aire infecto no llegue, ya enrarecido, hasta nosotros. No se puede, pues, carecer de un terreno que diariamente se necesita.

El que servia ántes para los hornos de cal de la Moneda, es un terreno absolutamente separado e independiente del cementerio i dividido con paredes. Es de bastante capacidad i estension, con unas casas de habitacion i corredores por ambos lados, cocina, pesebreras i corrales que, según noticias de la Diputacion, producía ántes 300 pesos. Si en el dia se halla desaseado, no es por la antigüedad de su construcción, pues es mui posterior a la misma Moneda, sino por el abandono con que se le ha mirado. Un hijo del señor senador don Francisco II Fontecilla lo tiene hoi arrendado, por la proporcion de hallarse contiguo al que se le vendió por el Hospital. Rinde como cien pesos i sufragan al socorro de las grandes escaseces de la casa. Son tantas, que unos cuatro meses ántes que se le entregase la hijuela de parte del noveno i medio de diezmos algunos Diputados eran de sentir que se cerrase. Así, meditando la Diputación algún arbitrio en que afianzar la subsistencia de los pobres enfermos, ha acordado entre varios no enajenar los pocos terrenos que le quedan en la pampilla, sino reservarlos para chacra. Ojalá se hubiera adoptado este proyecto ántes de la reciente venta de una porcion considerable de tierras, que entonces se lograrían las ventajas que se esperan del presente. Cuando no reportara otra (prescindiendo del valor de sus arriendos) que la mantencion del carneraje para el sustento anual de los enfermos, i el plantío de árboles i yerbas medicinales que hasta aquí ha carecido, avanzaría infinito, pues en esos artículos se invierten al año mas de mil pesos. Ya verá V.E. si en circunstancias en que se apuran los conatos de la Diputacion para redimir la miseria de aquella casa, si podrá ceder esos terrenos en que cifra parte de su subsistencia. En otra situacion que no fuera tan triste, los erogaría de gracia en obsequio de un proyecto tan piadoso como útil. —Dios guarde a V.E. muchos años.