—¡Dentro de lo serio no puede ser esto más cómico!
—¿Los colocamos como si fuesen modelos?
Precisamente; sí, señora: así, como modelos.
¿Qué es lo que pretende usted?
¡Quién sabe si, bien preparada la escena, y como por mágica atracción de los objetos de su comercio, no pudiera aparecer tras nosotros...! (Invitando a mirar hacia la puerta del fondo del escenario.) ¡Miren, miren ustedes!
Se abrirá la puerta del fondo y adelantará algunos pasos madama Paz, tipo de alcahueta, gruesa, cabellera muy hueca, oxigenada; maquillada, vestida de seda negra con torpe elegancia y con una larga cadena de plata alrededor de la cintura, de cuya cadena cuelga un par de tijeras. Rápidamente, La Hijastra irá a su encuentro, ante la momentánea extrañeza de los Actores.
(corriendo hacia ella)
¡Ya está aquí, ya está aquí!
(radiante)
¡Es ella! ¿No lo decía yo? ¡Ya está aquí!