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ESQUEMA SEXUAL 99

es un trauma sexual sufrido en la infancia, una seducción u otro suceso análogo, que produce una conmoción violenta en la vida anímica.

En 1902, Freud encuentra su mejor colaborador en Otto Rank, el que, posteriormente, dirige importantes publicaciones de psicoanálisis.

El eje del freudismo consiste en afirmar que la mayoría de los procesos mentales considerados conscientes, son efecto de motivos desconocidos por el sujeto.

Carlos Gustav Carus, médico y filósofo del último período romántico, es el primero que en 1846 reconoce las importan- tísimas relaciones que existen entre lo consciente y el incons- ciente espiritual. Freud, sin conocer a Carus, llegó por ca- mino distinto, a la misma conclusión.

Freud ha llevado a un grado tan alto de elevación estas concepciones, que ningún pensador, ningún artista, puede pa- sar por alto el freudismo, aunque muchas de sus conclusiones estén modificadas ya, o se modifiquen aun todavia.

A la conclusión de que existen realidades anímicas llegó Freud. Consiguió, no por la especulación filosófica, sino por la fría observación y crítica de sus enfermos, a fundar la cien- cia psicoanalítica y la doctrina pansexualista.

Sus observaciones le sugirieron la idea poderosa de que las representaciones son “algo íntimo y fundamental. Por eso se valió de las representaciones, para construir e interpretar el curso psíquico observado por él.

Así, lo elemental para Freud son las realidades anímicas, que el psicoanálisis reconoce y sienta como base de su labor.

La vida anímica es mucho más amplia que el mundo cons- ciente. El inconsciente no está sometido a la extensión ni de- pende del tiempo.

“La conciencia es el foco común de innumerables rayos que vienen de lo infinito y al infinito vuelven”. Este infinito im- ponderable, este cosmos extraño que en muestro interior está, es el inconsciente, y al hablar de él, sólo es posible hacerla en imágenes”.

Lo inconsciente es la parte de la vida anímica situada “más allá de la conciencia””. En ella actúan “las fuerzas instintivas que dirigen al hombre.”

La realidad interna es muy poco conocida por la introspec-