94 HUMBERTO SALVADOR
“La castidad perversa”, ha demostrado cómo el hambre sexna! largamente prolongada, es una de las causas de trastorncs tan graves comc la mitomania y la anonimografia. Muchisimas neurosis pueden tener como origen la castidad, que, en suma, es una violación de las yes fundamentales de la Natural2za: conservación y reproducción.
La vida de la humanidad, gira alrededcr de dos principios supremos: el hambre y el amor.
Berman ha explicado d.sde el punto de vista endócrino, el sadismo y el masoquismo.
Asombrados quedar:an el marqués de Sade y Sacher Masoch ante los prodigius de las gianduias de secreción interna.
El suxo masculino y su personalidad, están constituidcs por la agresión y el temenino por la sumisión. Invertidas o con- funaidas las posibiudad.s O aptutudes, como ocurre en el her- marrogita funcional, pueden estas aptitudes pervertirse. Una personalidad masculinoide en la mujer, le hará apta para el sadismc; una peisonaiidad feminoiae en el hombre, para el ma.-oquismo.
Y surge aquí una interrogación inquietante: ¿sería una cau- sa feminoide la creadora de “La Venus de las picles?
Los cr.menes de sangre originados por la pasión, son fruto de una lucha violenta entre el instinto y la reriexión. Vence el in.tinto.
El hombre atacado de impulsos pasionales, no debe ser tra- tado como un criminal cualquiera. Esos impulsos están ínti- mamente relacionados con los prebiemas del sexo.
“Entre el aumento del poder muscular y el deseo de poseer a la hembra, para consirvar la especie, existe una simbiosis trágica: tras el deseo de perpetuar la vida, está la muerte”.
Una serie de trastornos genitales actúan poderosamente en la génesis del crimen.
En s.ntesis, la endocrinología abre campo inmenso a la cien- cia penal.
Pero acaso sería ingenuo hablar de delincuentes típica- mente tiroideos, suprarrenales, tímicos o genitales.
Generalmente se trata de trastornos poliglandulares.
En el polimorfismo del delito hay que practicar desde aho- ra una investigación de importancia máxima: la referente a las secreciones intcrnas.
Deberán estar unidos en la cbra criminológica el médico y el