ESQUEMA SEXUAL 91
cundado, y que esta anormalidad se lccaliza más tarde en cier- to grupo de células, no siendo ni más ni menos que una ma- nifestación morfológica de tal localización. El embrión per- manece idéntico en los dos sexos, hasta la época en que las glándulas sexuales scn la manifestación morfológica de las dife- rencias bicquímicas entre el huevo fecundado macho y hem- bra”.
Krabbe ha estudiado la relación entre la precocidad sexual y los tumores suprarrenales. Supone que las células del tumor suprarrenal no son células de la corteza de las glándulas supra- rrenales, que influencian en el desarrollo testicular, since que tienen el mismo efecto hormónico que las del testículo, por eso influyen directamente en el soma, originando la precocidad se xual en el macho. En adolescentes, se ha «bservado que la pre- cocidad del sexo está en relación con los tumores de la pineal.
Lomer ha propuesto curar la esquizofrenia por medio de la castración, suponiendo que ella es fruto de la hiperfunción se- xual.
La eficacia de los injertos en la demencia precoz es un pro- blema sensacional. Mott ha aplicado tal procedimiento en las fctmas catatónicas de este s'ndrome.
Aplicando la Endocrinclogía a los problemas de le genera- ción y del sexo, Vidoni ha recogido datos de gran interés. Puchioni ha dicho que el desarrollo del embrión depende de la situación hormónica del progenitor. La drterminación del se- xo se ha ccordinado con el sistema endócrino. Suele relacio- narse su naturaleza con la mayor robustez de los progenitores. Para Schenk el problema está ligado, de íntima manera, con las perturbaciones del metabolismo y para Robinson cen las alte- raciones endócrinas. Robinson ha hallado en casos de embara- zo, con insuficiencia suprarrenal, que todos los nacides eran hembras. Regnault, al fijar la influencia endócrina en la de- terminación del sexo, concluye que será posible favorecer la procreación de un macho o de una hembra por medio del tra- tamiento cpoterápico, o sea el de extractos endócrinos.
Parhon sostiene que la acción de las glándulas endócrinas no se efectúa tan sólo durante el desarrollo del niño y en las coordinaciones funcionales de los adultos, sino que debe tener gran impertancia en la formación del nuevo ser, en la vida fe- tal y embrionaria. Admite también un íntimo enlace entre las glándulas endócrinas y los fenómenos degenerativos, somáti-