52 HUMBERTO SALVADOR
Las glándulas sexuales influyen en la conservación del in- dividuo, a más de servir para la conservación de la especie.
Ellas conceden a cada ser humano una “tonalidad y coulo- ración” especiales. Cada sexo representa una “melodía en dis- tinto tcno”. .
Cada aparato genital, cada función, lleva un sello impuesto por las gonadas y “no hay partícula orgánica que no esté se- xualizada.”*
Dice Marañón:
“Lo masculino y lo femenino no son valores terminante- mente cpuestos, sino grados sucesivos del desarrollo de una función única, la sexualidad, que entre la niñez y la anciani- dad, se enciende durante el per.odo central de la vida, con di- ferencias puramente cuantitativas y cronológicas de un sexo a otro. El varón tipo'” y la “hembra tipo'” son seres casi en absoluto fantásticos y, por el contrario, los estados de confu- sión sexual, en una escala infinita de gradaciones que se ex- tienden desde el hcrmafroditismo hasta aquellas formas ate- nuadas que se confunden con la normalidad, son tan numero- sos, que no hay ser humano cuyo sexo no esté empañado por una duda concreta o por una sombra de duda”.
Así, hay que admitir una fase de sexualidad indiferenciada como punto de partida normal en la especie humana.
La masculinidad y la feminidad no son valores que se opo- nen en todcs sus aspectos. En ciertos momentos de su evo- iución ontogenética y filogenética, esta oposición parece real. Fuera de estos momentos, lo masculino y lo femenino, se acer- can, hasta que acaban por confundirse, en una fase primitiva de ambigiiedad.
Tales nocicnes son indispensables, para el estudio posterior del homosexualismo, que dentro de la ética burguesa y de la mitología cristiana, tiene caracteres de inmenso delito. Como tal lo clasifica nuestro absurdo Código Penal.
Se dividen los caracteres sexuales en primarics y secunda- rios.
Lcs primarios se refieren a las gonadas mismas y a los ór- ganos accesorios de ellas, que en conjunto forman los aparatos genitales.
Son les secundarios aquellos caracteres generales, extrage- nitales, que permiten, sin necesidad del examen directo de los