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co. Su carácter es autoritario. No es fogosa en el amor. Gusta casarse con hombres débiles. Otras veces ama apasionadamen- te a otra mujer verdaderamente femenina.
La acromegalia viriliza a la mujer. Hace de ella una cari- catura de hombre.
En compañia de las suprarrenales y el cuerpo tiroides, la hi- pófisis dirige el desarrollo del cabello.
Ella y las paratiroides son las glándulas de la madurez in- telectual y moral.
Tiene acción tónica sobre la afectividad y el sexo. Sus tras- tornos repercuten sobre el aparato genital.
Las alteraciones de la hipófisis producen tendencias a las perversiones del amcr, inclinación al suicidio, impulsiones vio- lentas al robo. Los tumores de la hipófisis modifican el sen- timiento del pudor.
El acromegálico tiene inclinación marcada a la homosexua- lidad.
La hipófisis protege la virilidad. El desarrollo del miembro viril está regulado por ella.
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Las cápsulas supráfrenales son órganos situados simétrica- mente en la parte superior y posterior del abdomen, encima de lcs riñones.
Son dos: izquierda y derecha. Están ubicadas en la parte superointerna de los riñones. Tienen consistencia blanda. Co- lor moreno amarillento.
La suprarrenal adopta la forma de una coma invertida, cu- ya ccla hállase en el ángulo vértebrorrenal y la cabeza descan- sa sobre el riñón. Se considera en ella dos caras, dos bordes, un vértice y una base.
Constituyen a la suprarrenal una envoltura fibrosa y un tejido propio.
La envoltura fibrosa, tenue, resistente, rodea pcr completo a la cápsula suprarrenal. Por su superficie exterior manda pro- longaciones conjuntivas a las paredes de la cavidad suprarre- nal. Por su superficie interior envía al tejido propio una mul- titud de tabiques laminares, que uniéndcs2 entre sí por sus bordes, forman un sistema de corte exagonal.
El tejido propio comprende dos sub:tancias: una periférica amarillenta, de consistencia dura, que presenta aproximada- mente los dos tercios de la cápsula; ctra central o medular,
