248 HUMBERTO SALVADOR
b) Mientras no hubiese hijos, se daría fácilmente el divor- cio;
c) En caso de divorcio, la mujer no tuviera derecho a ali- mentos. :
En su libro “Lo que las mujeres quieren”, Beatriz Forbes, dice: “Si, cosa que no creo, debiéramos elegir entre ““el ma- trimonio de prueba y el amor libre'” de una parte, y la prostitu- ción de otra, no vacilaría en pronunciarme a favor del prime- ro; y creo que lo mismo harían todas las mujeres de alma ¡u- ra, dotadas de conocimientos médicos, piedad o imaginación.”
Pero la mejor forma de unión entre el hombre y mujer es la que ha sido adoptada en Rusia, sobre la base de la emancipa- ción económica femenina y de la protección del Estado a los niños. El matrimonio se disuelve a petición de una sola de las partes, siempre que el divorcio esté debidamente justificado.
Perfeccionando esta norma, el matrimonio de la sociedad futura durará lo que dure el amor y la mutua comprensión.
Y de hecho sucederá que organizadas así las relaciones se- xuales, los matrimonios serán no sólo libres y dichosos, sino también estables. El hombre se acercará progresivamente a la monogamia, que siendo prueba definitiva de diferenciación se- xual, es uno de los ideales mejores de la ciencia moderna.
De aquí se deduce que la nueva moral del sexo, al contrario de lo que creen los reaccionarios, es más severa, más rígida que la vieja moral. La nueva ética del sexo, como el socialismo integral, exige abnegación. Pide al individuo quese sacrifique a favor de la sociedad.
Quien no tenga espíritu suficientemente elevado, no podrá comprender la nueva moral sexual. Tampoco comprenderá el marxismo.
“Los pueblos burgueses, como nación, necesitan psicoamali- zarse”” —dice Ben Lindsey—.
En los pueblos modernos, los jóvenes de ambos sexos, de- ben ordenar libremente su vida y asumir la responsabilidad de todos sus actos. :
La rebelión de la juventud actual, es la más importante de cuantas haya conocido la historia. Tiene la trascendencia del anhelo de un nuevo régimen científico y económico; ético y estético.
“Creo —añade Lindsey—, haciendo cuenta de las tentacio- nes a que está expuesta y de la necedad de la parte adulta de
