ESQUEMA SEXUAL 243
Haynes Holmes, añade: “Es un conflicto, porque en él dos se- res desemejantes, tratan de vivir una misma vida”.
La psicoanálisis ha encontrado la raiz de la mayor parte de las tragedias conyugales, en el factor sexual que interviene en- tre marido y mujer. Pero esta razón, jamás se presenta como fundamento del divorcio, siendo así que debería ser la. causa más poderosa. Se trata siempre de ocultarla, alegando incom- patibilidad de caracteres o malos tratos.
El adulterio es causa de divorcio, especialmente cuando es culpable la mujer. El del marido casi no tiene importancia, especialmente en los países latinos.
En Inglaterra, el adulterio del hombre debe ir acompañado de malos tratos o abandono, para ser causa suficiente de di- vorcio.”” se
En Francia, los motivos del divorcio incluyen, no solamente el adulterio, y los malos .tratos, sino también los insultos de palabra, de obra o por escrito, inferidos por una de las partes, al buen nombre de la otra.
En Alemania, entre otras razones, se incluyen la “grave rup- tura del débito conyugal”, o “la conducta inmoral”.
El Japón admite la esterilidad, los celos, la locuacidad, la desobediencia al suegro o la suegra y los malos tratos o in- sultos que hagan intolerable la vida en común. La China aña- de a todo esto el “'chismorreo'”” y la conducta licenciosa,
En algunos de los países orientales puede el marido divor- ciarse de su mujer, sin que ésta observe mala conducta y sin especificar razón alguna. La mujer puede divorciarse del ma- rido, cuando éste haya hecho voto de no tener trato sexual con ella por espacio de cuatro meses.
En Austria se concede el divorcio siempre que medie una invencible aversión mutua, o cuando uno de los cónyuges mues- tre esa aversión durante un período de tiempo prolongado, durante el cual ambos cónyuges hacen vida aparte.
En Dinamarca y los países escandinavos, puede concederse el divorcio si hay separación por consentimiento mutuo duran- te un período de tiempo y los hechos vienen a demostrar que la relación marital no contribuye a la paz doméstica ni al bien- estar de los cónyuges.
En Méjico, el mutuo consentimiento garantiza el divorcio.
Las razones reconocidas en algunos Estados de Norte Améti- ca, además del adulterio, incluyen el abandono, la incapaci-
