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ESQUEMA : SEXUAL 241

La adoración del falo, entre griegos y romanos era cos- tumbre aceptada, difundida. Son importantes sus manifesta- ciones en el arte. La comedia, según Aristóteles, se derivó de las representaciones fálicas en honor de Fales. Saturada de se- xo estuvo la religión griega.

La humanidad, desde los tiempos primeros respetó el sexo. Los estudios del doctor Malinowski han dado la más completa información acerca del fenómeno sexual en las sociedades pri- mitivas. Los salvajes, sin prejuicios, espiritualizaron el arte de amar y, en muchos aspectos, fueron más civilizados que nosotros.

Al comienzo, fué una industria la maternidad. La mujer tra- bajaba para el niño. Este fenómeno de origen sexual, fué muy importante para el progreso de la especie.

“La prolongación de las faenas maternales —dice Carlota Perkins Gilman—, desarrollando las artes primarias de la ces- tería, la alfarería, la costura, la cocina, etc., fué aplicable no solamente a los niños, sino también al macho salvaje, que en- contró en su hembra un aliciente que ningún otro macho co- nociera, a saber, el valor económico. Le era aquélla útil, además de satisfacer sus deseos. Sus tareas paternales de cazar y pescar, recibían el refuerzo e incremento del trabajo de su compa- ñera”.

El nuevo atractivo de la utilidad, convirtió a la mujer en una colaboradora necesaria. Así apareció la mcnogamia que parece estuvo muy extendida entre las sociedades primitivas.

En su primera arquitectura también los cristianos, imitando a las civilizaciones anteriores, adoraron al sexo. Los órganos genitales aparecieron simbolizados en la erección de sus igle- sias y catedrales. La trinidad cristiana, en los emblemas ecle- siásticos y en los diseños arquitecturales, se convirtió en el triángulo macho y hembra.

A partir de los siglos XVII y XVIII, con el advenimiento de la clase burguesa y su estrecha moral, que hace suya la éti- ca cristiana, es el sexo materia de censura. El candor se convier- te en vicio y la hipocresía en virtud. Se envuelve en paños a las obras de arte desnudas.

Toda la civilización burguesa, está saturada de la tragedia de los celos sexuales. Los celos han servido de base a muchas instituciones del pasado, por lo que será necesario un. largo