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mujer tiene tono grave. La piel del hombre homosexual, es a veces delicada. Se presenta también la ginecom:stia o sea el crecimiento anormal de los senos. Las actitudes y gestos del hombre homosexual, tipo feminoide, no correspond:n exacta- mente a los de la mujer. Son más estilizados.
Hay otros en los cuales el examen no revela signos de in- terscxualidad. Pero, en este caso, después de una investigación más detallada, aparecen dichos signos, que se presentan, por lo menos, en las des terceras partes de los hombres homce- róticos. Para las mujeres esta cifra es más reducida, lo que demuestra que Ja inversión femenina está más cerca de lo fi- siológico que la inversión masculina. :
Las confesiones de muchos homosexuales inteligentes han demostrado que el elemento esencial en la génesis de la inver- sión, fué la ascciación del arquetipo viril a sus primeras ex- periencias szxuales. Este hecho es una valiosa prueba a favor de la doctrina freudiana.
En la homosexualidad, unas veces la causa predominante es el factor constitucional; otras, los factores psíquicos condicio- nantes. Pero en todo caso hay que admitir la colabcración de ambos.
“La teoría de la libido —dice Ruiz Funes—, está ligada a la concepción química del instinto sexual y por tanto es una fuerza condicionada por las secreciones internas que se elabo- ran en el tejido sexual del macho y la hembra, invadiendo la sangre y actuando, a través de ésta, scbre el sistema nervioso”.
De acuerdo con los principios endócrinos, Lipschitz expli- ca la homosexualidad, con la siguiente teoría: Hay casos en los que se da un cambio periódico en la conducta sexual. Se puede considerar que en tales sujetos existe una glándula her- mafrodita. Steinach, examinando el testículo de un hcmose- xual, encontró que el tejido intersticial contenía grandes célu- las epiteloides, que no se parecían a las células intersticiales ordinarias del testículo, sino más bien a las células luteínicas del ovario. Puede atribuirse la homosexualidad a las hormo- nas producidas por esas células.
Goldschmitd cpina que purde haber un estado intersexual de la glándula sexual endócrina. En 1916 propuso intentar la in- yección de gonadas o la trasplantación para curar la homose- xualidad. Había que extirpar los testículos al homoerótico e injertarle los de un hombre normal.
