196 HUMBERTO SALVADOR
la mujer a someterse muchas veces a la “catástrofe fisiológica” del desembarazo. Doloroso es ver, lo pronto que envejecen nuestras mujeres debido a la prole numerosa.
El prcblema de la humanidad en la época contemporánez, no es la falta de población, sino el desarrollo excesivo de la misma. A este fenómeno y a la estructura del estado burgués que acumula el capital privado, se debe la crisis económica, la desocupación, y, en general, la gran tragedia del hambre que estrangula a las generaciones actuales.
Ningún servicio es para la familia, para la sociedad o para la especie, la prole numerosa. La comunidad necesita poccs y buenos hijos. La descendencia no es cuestión de cantidad, sino de calidad.
La maternidad consciente mantiene el amor de la pareja hu- mana. Conserva la belleza y frescura de la mujer. No está tor- turado constantemente el hcmbre por las múltipl»s necesida- des que origina la familia numerosa y puede ecucar mejor a los hijos, que siendo pocos, tienen mayor bienestar.
Así, pues, ante la nueva moral sexual, es una poderosa “fuerza civilizadora”” el control de la natalidad y su estudio científico debe ser cbligatorio en todas las facultades de me- dicina para que los futuros facultativos transmitan al pueblo la técnica anticonceptiva. No podría encontrarse otro medio más perfecto que el **birth control'”” para mejorar la calidad de la especie. La maternidad consciente es un deber de alta cul- tura moral, económica y estética.
En su magnífico libro “Vieja y nueva moral sexual”, ci- ta Bertrand Russell la tabla de Wolf acerca del exceso de na- cimientos sobre defunciones por cada 1.000 habitantes. La elevadisima fuente de donde provienen los datos, —Russell es uno de los prestigios máximos de la intelectualidad contem- poránea—, cs razón definitiva para no dudar de su veraci- dad.
He aquí la proporción:
Francia da la cifra más baja: 1,3; sigue Estados Unidos: 4,0; después Suecia: 5,8; la India Británica: 5,9; Suiza: - 6,2; Inglaterra: 6,2; Alemania: 7,8; Italia: 10,9; Japón: 14,6; Rusia 19,5; y, por fin, el Ecuador, que domina a to- dos: 23,1.
Ahora resulta que nuestro país ocupa el primer lugar en ei