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límites fijos y conferirle estructura dogmática. Después, supe- rándose con extraña grandeza, se alzó contra su propia teoría, mediante la elevación torturada que sólo el genio puede al- canzar.
Se ha dicho que la tragedia de Freud es no haber visto en el hombre más que el instinto, siendo así que hay en el hom- bre otras aspiraciones como la creadora y la formación de la personalidad. Que hay en el ser humano actuaciones ajenas a la conservación de la especie: la politica, la ciencia, el apos- tolado doctrinario. Freud ha replicado estas objeciones en la evolución posterior de su doctrina, presentando una nueva con- cepción de carácter ético: el ““super-yo”.
Se dijo también que Freud no había tomado en cuenta mu- chos factores importantes como la raza, el clima, las condicio- nes generales del ambiente en el que actúa el sujeto, pero los instintos fundamentales de la especie tienen más valor que ta- les factores.
Aunque en el freudismo existan errores parciales, afirmacio- nes exageradas, observaciones de las cuales se dedujeron prin- cipics discutibles, el conjunto de la doctrina es grandioso y su aparición constituye uno de los hechos sensacionales de la ciencia, sobre todo si se recuerda que ninguna obra humana puede llegar hasta la perfección absoluta, ya que ésta sólo es un ideal abstracto.
Cuando la psicoanálisis haya dominado la síntesis, será un medio poderoso para el desarrcllo de la cultura. Su porvenir evolutivo es la gloria más pura de Freud.