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ESQUEMA SEXUAL 149

sueño un método de investigación psicológica. La oniroman- cia fué una ciencia de gran interés en las civilizaciones pri- mitivas. Caldeos, asirios, persas, egipcios, judíos, fenicios, etruscos, griegos y romanos, tenían magos que interpretaban los sueños.

Los primeros griegos hacían intervenir al sueño en la mito- logía. Homero hace que sus héroes vean en sueños a los dio- ses, que les auguran dicha o dolor. Hipócrates y Galeno; Aris- tóteles y Artemidoro, refieren los sueños a una hiperexcita- bilidad del alma, cuando el cuerpo reposa.

El freudismo no quiere rehabilitar la clave mágica de los sueños, sino coordinar los conocimientos de la ciencia en lo concerniente al mecanismo onírico, al origen de los sueños, su significado y, en consecuencia, desentrañar por medio de eilos, los complejos del inconsciente.

Como el síntoma neurótico, el sueño tiene la categoría de satisfacción de un deseo rechazado por la censura. La labor onírica crea una satisfacción fantástica de los deseos que ascien- den de lo profundo del “ello” y que muchas veces tienen ca- rácter infantil, arcaico. El inconsciente, amoral en su conjun- to, se actualiza en los deseos a los cuales se ha opuesto la cen- sura que, aún en el sueño, tiene eficacia e impide que los de- seos rechazados lleguen a la: conciencia tales como son.

Como en los subterráneos del inconsciente vive aún el hom- bre primitivo, como palpita todavía en el “ello” esa esencia animal que constituye el fundamento del hombre, hay en el al- ma imágenes que son residuos de los recuerdos del pasado, ex- traños símbolos arcaicos, transmitidos de generación a genera- ción. Los símbolos fundamentales tienen valcr análogo o co- mún en todas las culturas: han sido heredados de los antepa- sados por las generaciones nuevas y viven en el espíritu del hombre moderno. Así, por ejemplo, el agua que fué símbolo de la maternidad en las mitologías del pasado, sigue siéndo- lo en el inconsciente contemporáneo.

A tales alegorías acuden los deseos rechazados pata mani- festarse. De ahí que los sueños tienen carácter simbólico. La psicoanálisis, interpretando esos símbolos, penetra, con la au- dacia de un dios o de un demonio, hasta las raíces del espí- ritu.

El símbolo tiene, sin embargo, valor relativo en cada enfer- mo. Para analizar los sueños es necesario conocer ampliamen-