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136 HUMBERTO SALVADOR

una exploración activa de toda fuente de gozo. Si algunas ac- tividades de esta época continúan hasta que el sujeto sea adul- to, puede llamársele “perverso”.

“La perversión, —dice el doctor Smith Ely Jelliffe—, es el fin consciente de una larga cadena cuyos eslabones son satisfac- ciones autocróticas inconscientes, es decir, gratificación de un área orgánica. Esta gratificación es la predecesora de la per- versión y su origen es el impulso vital mismo”.

La psicoanálisis utiliza, para trazar la evolución del indivi- duo, desde las fuerzas infantiles del concepto de poder. Se reconstruye el tipo de acción de las libidos parciales, para lle- ger a la edificación de la libido combinada, que determina la conducta del individuo.

El esfuerzo especial del análisis, se concreta alrededor de la maneta cómo el individuo, en sus acciones evolucionadas, tra- ta de seguir, aún de modo infantil bien disfrazado, este méto- do fantástico de obtener la satisfacción.

Durante el periodo narcisista la libido polimorfa se despla- za poco a poco hacia los genitales, con el objeto de servir a la reproducción de la especie.

El individuo completamente narcisista es raro, pero es muy frecuente el narcisista parcial.

Dice Freud: “El Complejo de Edipo, es el complejo raíz de las neurosis. Puede usarse, pues, como unidad para la medi- ción de las situaciones psicológicas”.

El Complejo de Edipo es empleado por la psicoanálisis co- mo una de las referencias fundamentales para orientarse res- pecto al grado de síntesis que la psiquis haya logrado en cada caso. La psicoanálisis sostiene que el Complejo de Edipo puede ser utilizado para analizar todos los tipcs de actividad mental, no solamente los neuróticos.

En su obra “Una teoría sexual y otros ensayos”, Freud ha demostrado que el análisis estricto del instinto de la reproduc- ción se reduce a la selección “del debido objeto y del debido fin o intención, es decir, al acto reproductor”. Á este instinto, considerado en su forma más compleja, en todas sus manifesta- ciones inconscientes y conscientes, Freud ha aplicado el térmi- no “sexual”.

En la técnica psicoanalítica, sexual quiere decir cualquier contacto humano real o simbólico, por medio de cualquier área sensorial, con el objeto de llegar a la producción creadora, sea