| ESQUEMA SEXUAL 127
embarazo. Creep que la luna es causa directa del derrame san- guíneo. Este se opera mediante la unión sexual, de carácter místico, entre el poder lunar y las mujeres. 7: habla de la primera menstruación como de la ““desfloració: por la luna”.
El embarazo es también considerado como un fenómeno de influjo lunar. “La luna —dicen log maoris—, es el marido verdadero de todas las mujeres”'. Creencias análogas hay en Pe- lew, Texas, Australia, India, Persia, Egipto.
En muchos pueblos, no puede ejercerse el acto sexual du- rante la menstruación, el embarazo, y después del alumbra- miento. El aspecto de la mujer, en estas épocas, ha impresio- nado siempre al hombre, quien no ha podido comprender, en su estado primitivo, estos fenómenos. Cuando están así, las mujeres no son del todo seres humanos y, quizás, sean sobre- humanos: se las considera en tales épocas impuras o sagradas.
Posteriormente, se atribuyen los poderes creadores a los dio- ses. Esta concepción abunda en las religiones de Africa y Ja- pón. Llega el fenómeno a su mayor altura de arte y refina- miento en Grecia.
El cristianismo tiene también protectores de carácter divi- no en la procreación. Aparecen en la Edad Media, como San Giles, en Bretaña; San Renato, en Anjou; San Foutin, en el mediodía de Francia.
En su origen, las religiones están unidas al sexo.
Los genitales masculinos se simbolizan en el pez. El pes- cado divino, es símbolo de Hermes y Adonis.
Entre los primeros cristianos, también fué considerado el pez como emblema de Cristo. Dice Tertuliano: “Nosotros, pece- cillos, seguidores de nuestro pez, Jesucristo, somos nacidos del agua”. (Freud ha demostrado que el agua, es el símbolo arcaico de la maternidad). Es por eso, que hasta ahora, en las comidas sagradas de los cristianos, se ingiere pez, lo que sig- nifica simbólicamente: alimentarse de la esencia sexual de Cristo. También es ésta, la significación alegórica de la le- yenda bíblica de la multiplicación de los peces: la sustancia sexual de Jesús se centuplica para alimentar a todo su pueblo, dándole fecundidad.
En otras religiones, los atributos sexuales de los dioses, se simbolizan por animales también. En Israel existe el “toro” sagrado. En Persia es también el “toro primario” el dios ge-