HERODES
Su padre era un rey. Yo lo traje de su reino. Y a su madre, que era una reina, la hiciste esclava, Herodías. Así que él permanecía aquí como mi invitado, se podría decir, y por eso lo hice mi capitán. Siento que esté muerto. ¿Oh, por qué habeis dejado el cuerpo aquí? No voy a mirarlo. ¡Llévenselo! [Se llevan el cuerpo.] Hace frío aquí. El viento está soplando. ¿Acaso no sopla el viento?
HERODÍAS
No, no hay viento.
HERODES
Te digo que hay un viento soplando... Y escucho en el aire algo como el batir de unas alas, como el batir de unas grandes alas. ¿No lo oyes tú?
HERODÍAS
No escucho nada.
HERODES
Ya no lo escucho. Pero lo había oído. Era el viento soplando. Ya se ha ido. Pero no, lo escucho todavía. ¿No lo escuchas? Es como el batir de unas alas.
HERODÍAS
Te digo que no hay nada. Estás enfermo. Entremos ya.