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RETRATOS DE MUJERES 95

entonces, por fechas, van produciéndose, llenas de elocuen- cia y de fortaleza, sus disposiciones hasta aquí ensayadas vagamente. Grimm en su Correspondencia !, da un ex- tracto de esta encantadora obra, como él la llama, del cual no fué tirada al principio más que una docena de ejemplares; pero que, a pesar de las reservas infinitas de la distribución, no pudo escapar al honor de una edición pública. Antes de hacer el extracto de este libro, el inge- nioso concurrente a los salones de Madama Nécker adula y pinta “a esta personita rodeada de todas las ilusiones de su edad, de todos los placeres de la ciudad y de la corte, de todos los honores que merecen la gloria de su padre y su propia celebridad, sin contar con un deseo de agradar a todo el mundo que bastaría para suplir a todos los medios que le dispensó la naturaleza y el destino”. Las Cartas sobre Juan Jacobo son un homenaje al autor admirado y preferido, al que la misma Madama de Staél se asemeja más inmediatamente. Muchos hay que disimulan con cui- dado, merman y critican a los padres literarios de que proceden, ¡Qué noble candor es el de debutar celebrando a quien nos ha inspirado, confesando de manos de quién recibimos la antorcha, del que nos viene ese amplio cau- dal de bellas palabras que Dante agradecía a Virgilio! Madama de Staél tuvo también en la literatura su pasión final. Las Cartas sobre Juan Jacobo son un himno; pero un himno lleno de profundos pensamientos, al mism.» tiem- po que de agudas observaciones; un himno en tono viril y fuerte, en el que podríamos reconocer a Corina después de bajar nuevamente del Capitolio. Todos los futuros es- critos de Madama de Staél en los diversos géneros, nove- las, moral y política, se encuentran presagiados en esta rápida y armoniosa alabanza de los de Rousseau, como una grande obra musical se adivina erítera al escuchar el preludio. El éxito de estas Cartas que respondían a un

1 Grimm, o acaso su secretario y suplente, el amable Meister que manejaba la pluma por él en estos años,