Página:Sainte-Beuve retratos de mujeres.djvu/90

Esta página no ha sido corregida

RETRATOS DE MUJERES 93

por primera vez nos quedamos sorprendidos de no cono- cerlos, nos preguntamos dónde Madama de Staél pudo decirlos, y no nos arrepentimos de haber buscado esta bonita perla un poco ahogada:

Mais un jour vous saurez ce qu'éprouve le caur, Quand un vrai sentiment n'en fait pas le bonheur; Lorsque sur cette terre on se sent délaissée, Quon n'est d'aucun objet la premitre penste; Lorsque l'on peut souffrir, súre que ses douleurs D'aucun mortel jamais ne font couler les pleurs. On se désintéresse a la fin de soi-méme, On cesse de s'aimer, si quelquw'un ne nous aime; Et d'insipides jours, V'un sur Pautre entassés, Se passent lentement et sont vite effacés,

(Acte ll, scene VIII.)

Las tres novelas publicadas en el 95, y escritas diez años antes, Mirza, Adelaida y Teodoro y Paulina, tienen de la misma manera, el propio color que Sofía, y su prosa fácil las hace más atrayentes. Son siempre, ya que la escena tenga lugar en Africa entre los negros o en los parques ingleses, infortunios que la sensibilidad envuelve en una nube, amantes que la fatal noticia de una infi- delidad reduce al estado de sombras; es una tumba que se levanta en el centro de un bosque. Yo creo, al leer estos desvanecimientos, estas muertes tan prematuras, en- contrarme con los personajes bastante semejates del buen abate Prevost o, más bien, que me paseo realmente en los bosques de Saint-Ouen donde la señorita Nécker- se perdía en ensueños, en los jardines de Ermenonville donde tantas peregrinaciones fueron a inspirarse. Yo sé bajo qué avenidas han errado, de qué frondosidades han salido llorando Madama de Montolieu, Madama de Cottin y Madama Desborde-Valmore. Este' no debía ser para Madama de Staél más que un lugar de permanencia pa- sajero, una estación de su primera juventud. Más tarde... muy pronto... lastimada por el espectáculo de las pasio- nes públicas, advertida acaso, también, contra la extrema