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66 MADAMA DE DURAS

su ornamento y su apoyo, si la misma Restauración, una mañana no hubiese acercado la mecha a la pólvora. En la alta sociedad, este movimiento de ingenio, tan fecundo entonces y tan grandioso en promesas, tenía por centro y por hogares dos o tres salones que llamaban doctrina- rios. El tono que dominaba era, ante todo, serio; era el de la discusión generalizada, de la discusión amplia, se- guida, política, o literaria, con sus apartes psicológicos; cierta apariencia de estudio hasta en los pasatiempos, y de disertación hasta en los momentos de solaz. Sería pre- ciso agregar a esto tintes que lo corrigiesen, si se creyera que la zona doctrinaria se extendía desde M. Roger-Collard y a través de los salones de Guizot, de Broglie y de Bas rante hasta M. de Sainte-Allaire. Pero la Restauración debía traer consigo a la gente de alta categoría, la super- ficie de la sociedad que favoreció otras combinaciones menos sencillas que estas. Había entre los círculos doctri- narios, estudiosos, razonadores, muy nobles, seguramente, pero, sobre todo, muy fructuosos, y los círculos puramente aristocráticos y frívolos, una separación muy notable, un divorcio obstinado y completo, De un lado, la luz, las ideas modernas; del otro, encanto antiguo, separados por las pretensiones y por mal gusto recíprocos. En alguna parte, sin embargo, la reconciliación debía intentarse. Lo mismo que de las filas realistas salió una voz elocuente que invi- taba a la que, en el orden político, invocaba un ideal de monarquía, según la Charte, del otro lado, y con más éxito, se encontró una mujer extraordinaria que operaba en torno de ella una unión maravillosa entre el gusto y el tono de antes y las aspiraciones nuevas. El salón de Madama de Duras, su persona, su ascendiente, todo lo que a ella toca, expresa de una manera inmejorable la época de la Res- tauración en su aspecto de amplia existencia, cuyo acceso era relativamente fácil, por un conjunto de aristocracia y de afabilidad, serio sin ser pensador, de ingenio alado y nada vulgar, semiliberal y progresivo insensiblemente, por