RETRATOS DE MUJERES 357
Sabemos la frase poco platónica de Madama de La Sabliére que luego empleó Fígaro: “¿Cómo amar siempre? Los animales, al menos, no tienen más que una época”. — “Es que son animales”. Madama Des Houilliéres, sin de- cirlo en prosa, y bajo el aspecto inocente de dar la razón a los animales, no está muy lejos de esta idea en sus idi- lios. Sus corderitos son tan amados como amorosos.
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Pajaritos de mi encanto ¿Queréis amaros? Dedicaros al amor.
La señorita de Lenclos debió de cantar en su laúd estos versos que recuerdan la Canción Pastoral del poeta Láinez, y que comienza por el ruiseñor y acaba por el gorrión.
En una palabra, un poco del siglo xvi en Madama Des Houilliéres, pues que hemos acordado llamar a esto siglo xvi? Al lado de estas libertades de su musa, una vida pura, irreprochable al decir de sus biógrafos, y acaso bastantes prácticas religiosas, al principio por el bien pa- recer, y al final con sinceridad. Así se regula la incon- secuencia de nuestro espíritu, reuniendo las contradiccio- nes según las épocas. En 1686 hizo una oda cristiana en cambio de los sufrimientos físicos que la mortificaban, entre cuyos versos cito éste:
¡Quitadme este talento que entibia mi fe!
El talento persiste; la filosofía se asemeja en esta oda penitente a algunos párrafos de los Salmos por sus refle- xiones estoicas en alto grado, y se diría que intenta la muerte por todas partes:
Miserable juguete de la ciega fortuna, Víctima de las leyes y de los males, Hombre, tú que en todas partes Encuentras vida importuna,
1 Por”ejemplo, la canción del abate Testu,
