RETRATOS DE MUJERES 355
demasiado vivas por los sueldos de su marido fueron causa de que estuviese presa ocho meses. Vuelta a Fran- cia, habiendo negociado el perdón para M. Des Houilliéres, que ingresó de nuevo en el servicio y vivió poco a su lado, no pudo nunca rehacer su fortuna empequeñecida por tan larga ausencia. Su vida se pasó en constantes in- tranquilidades que la sociedad no pudo hacerle olvidar más que a medias. Los versos alegóricos a sus hijos: En estos prados florecidos, etc., no son sino una manera de presentar a Luis XIV dibujado como el dios Pan. Así en todos sus idilios en el fondo hay una queja. Su salud se alteró desde muy temprano, y murió el 17 de febrero de 1694, cuando apenas tenía cincuenta y seis años, de una enfermedad en un pecho. Un viaje a las orillas del Lignon, y una visita a Vaucluse, forman parte mejor de esa existencia campesina que se le supone. Al observar en derredor suyo, y en ella a la humanidad con un poco de pesimismo, envidió a los carneros, las flores, los pája- ros, los arroyos, a la naturaleza en fin, que ella no pro- fundizaba demasiado. No cesó de señalar sus cosas ex- trañas y sus injusticias, de recordar al hombre sus fla- quezas, sus vanas decepciones, la insuficiencia de su razón.
Homme, vante moins ta raison; Vois Vinutilité de ce présent céleste Pour qui tu dois, dit-on, mépriser tout le res“e, Aussi foible que toi dans ta jeune saison, Elle est chancelante, imbécile; Dans lVáge oi tout tappelle á des plaisirs divers, Vile esclave des sens, elle test inutile; Quand le sort ta laissé compter cinquante hivers, Elle n'est qu'en chagrins fertile: Et quand tu vieillis tu la perds.
Tomando la cuestión que planteó su maestro Hesnault sobre el deseo inmoderado que tienen los hombres de legar sus nombres a la posteridad, rechaza no con menos
seriedad esta quimera... Mas ¿espera curarlos o curarse ella misma?