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RETRATOS DE MUJERES 351

A pesar de sus injusticias contra Racine, a pesar de la enemistad de Boileau, y de las alusiones vengadoras del satírico poco galante, ha sobrevivido. Ella gozó mucho tiempo del primer puesto entre las mujeres poetas, y sola- mente ante un gusto más nuevo y más desdeñoso ha muerto su nombradía. Se han impacientado al final con- tra esos corderitos siempre presentes. Se comenzó por ha- cerlos observar y decir que los había tomado de alguna parte, pero bastó atribuírselos para tacharla de insípida. Ella vale, y valía mucho más que su reputación de hoy.

Cuando se leen seleccionados sus versos, de los que hay en absoluto que prescindir de tantas insulseces sobre su gota y su perro, nos encontramos con cualidades en ella que ni aun en su época le acordaron. Parece más mora- lista que lo que conviene a una pastora, y tiene pensa- mientos bajo sus cintas y sus flores. Es una digna contem- poránea de M. de La Rochefoucauld. Nos damos cuenta de que conocía el fondo de las cosas de la vida, que su talento era muy amante de la verdad y casi de lo positivo, y no hubiéramos pensado así viendo tan poco de esto cuando escribió. Mas estas contradicciones se concilian. Se llama Iris o Climéne, es en nuestros días con otro nombre a la Medora, pero el resultado es lo mismo.

Madama Des Houilliéres cuando sólo era la señorita de La Garde, tuvo por maestro a Hesnault, y Bayle quiere que nos demos bien cuenta de esto. Parece que Hesnault estuvo un poco enamorado de ella, como Menage lo estuvo de su discípula Madama de La Fayette '; pero no siendo pedante, no se:lo dijo en versos griegos ni latinos. Se tiene su Epístola a Safo, en la que trata de no pretender a la gloria y que la funde en el amor, y es una ingeniosa obra contra la inmortalidad poética.. En revancha nos di- cen que tenía tres sistemas para alcanzar la gloria, como si temiese no conseguirla. Después de haber demostrado

1 En versos dedicados a la señorita des Houilliéres hija, Menage la llama Hullería, como había llamado a Madama de La Fay8tie Laverna,