Página:Sainte-Beuve retratos de mujeres.djvu/344

Esta página no ha sido corregida

350 UNA ALCOBA POÉTICA

¿Y por qué hacer de este placer lepra de buey? Un viejo amigo que tengo en el Cantón de Vaud, verdadero conocedor en poesía, un hombre que ha visto a Andrés Chénier en 1789, y que hacía en París en esta época un periódico que tuvo gran éxito, que luego se encerró con los viejos libros, y que conoce a su La Fontaine mejor que ningún editor del mundo, M. Casat, me decía: “Cuan- do he leido a Teócrito, leo a Fontenelle: prefiero al uno y no puedo pasarme sin el otro. Me pongo otro gorro de dormir y gozo con el otro oído”.

Sería, sin embargo, mucho exigir del lector de hoy, si le pidiésemos que siguiese detalladamente a cada poeta de esta familia, o de este corrillo. La mayoría de ellos son, para nuestro colega M. Charles, víctimas de Boileau. Hay un célebre nombre cue bastará para reunir y des- arrollar mi opinión; me limitaré a Madama Des Houillieres.


Quien os puede conseguir Tan poco tiempo le dais Que no se puede alabar,

A una devota un poco ferviente, pero que no lo era bastante:

Escuchad una pasión:

Dos juntas es tontería, Dejad la galantería,

O dejad la devoción.

La gente sufre y se apena, Al veros siempre dudosa Sin un partido tomar. Acabaréis siendo tonta

No seréis nunca devota Y nunca podréis amar,

Pero he aquí el epigrama de este género el más sangriento que si no

es de él, es de uno de sus discípulos: Como una mujer honrada, El supremo punto me negáis, Regateos hacéis a quien amáis De dicha tan deseada, Mas me parece señora Que no sois tan triunfadora Cuando no lo he conseguido: SI a medias nos entregamos, Y medio cuerpo nos damos, Media virtud hemos sido,

M. Monmerqué posee muchos versos inéditos de Saint-Pavin,

ici