Página:Sainte-Beuve retratos de mujeres.djvu/315

Esta página no ha sido corregida

RETRATOS DE MUJERES 321

amor (y más tarde ella nos lo declarará), parece que no es sino la ambición disfrazada, un deseo de brillar aún.

Su carácter estaba falto, pues, de consistencia, de vo- luntad propia. Y su talento, observémoslo bien, tan bri- llante y tan sutil como fué, no era suficiente para con- trarrestar la falta de carácter. Se puede ver con precisión y no obrar con ella. Se puede ser un talento razonador y no tener firmeza de conducta por defecto de carácter. Pero este caso es diferente. El talento de Madama de Lon- gueville no es razonador, es sutil, rápido, ingenioso y sigue de buen grado el carácter que se impone; brilla fácilmente antes de consumirse al fin en los escrúpulos. Hay mucho del hotel de Rambouillet en este talento.

“El talento, en la mayoría de las mujeres, sirve más para fortificar la locura que la razón”. El propio autor de las Máximas es quien dice esto, y Madama de Longue- ville, con todas sus metamorfosis, estaba presente en su imaginación cuando lo dijo. Ella, la más femenina de las mujeres, le pudo servir más de campo de observación que todas las demás. Y si él la observó de cerca, ella también hizo sus deducciones; el acuerdo es perfecto. La confesión final de Madama de Longueville que leemos, no nos pare- cerá la traducción cristiana de las Máximas.

Retz, menos comprometido en esto que La Rochefou- cauld, aunque hubiera querido estarlo tanto, ha hablado maravillosamente de Madama de Longueville, La única gloria de nuestros retratos es de reunir todos e:tos trazos: Madama de Longueville tiene —dice— un talento profun- do, pero tiene más perspicacia y agilidad. Su capacidad, que no ha sido activa por la pereza, no llegó hasta las cuestiones a que fué inducida por el odio contra M. el Príncipe, y en las que se mantuvo por galantería. Tenía una languidez que interesaba más que el esplendor de las que eran más bellas, y su ingenio tenía destellos lumino- sos y sorprendentes. Pocos hubiesen sido sus defectos “si los galanteos no se los hubiesen dado. Como su pasión