RETRATOS DE MUJERES 311
XLVI
El grado en que comienza el fastidio es el indicio más discreto para juzgar el espíritu. Los que se aburren pron- to son delicados, pero frívolos. Los que no se aburren fácilmente son fastidiosos en seguida. Los que sintiendo el fastidio lo soportan mucho tiempo acaban por saturar- se y exhalarlo.
Aquellos para quienes el fastidio tiene su encanto son enamorados o poetas: el ensueño del poeta es el fastidio encantado.
XLVII
Un poco de tontería con muchos méritos no estorba; más bien sirve de levadura.
XLVII!
A la filosofía del siglo xv que preconizaba la natu- raleza humana, ha sucedido el gobierno parlamentario, que le adula día y noche. ¿Cómo no ha de estar mimado el hombre?
XLIX
En todos esos edificios fantásticos, en esas fachadas de palacios encantados que nuestros filósofos construyen para honor y dicha del hombre, leo siempre esta irónica ins- cripción del más piadoso de los poetas: ¡Mortalibus gris!
Es igual que la frase acostimbrada del más antiguo cantor: Agioio. Bootolow.
L
Mucho se ha hablado de la locura de los veinte años, y hay la de los treinta y cinco que no es menos particular y frecuente. Alcestes, después de Werther. Rousseau no