MADAMA DE LA FAYETTE
En el tiempo de Madama de Sévigné, a su lado, y en su intimidad más estrecha, vivió una mujer cuya historia está casi fundida con la de su grande amiga. Esta es la que Boileau designaba como la mujer de Francia que tenía más talento y la que escribía mejor. Sin embargo, esta mujer escribía poco, sólo en los momentos de ocio, casi por diversión y con una negligencia demostrativa de que el escribir no era para ella un oficio. Le gustaba muy poco escribir cartas, de suerte que se conservan de ella muy pocas y muy cortas, En las de Madama de Sévigné la reconocemos mejor que en las suyas propias. Pero en su tiempo, desempeñó un papel serio y delicado, sólido y encantador, un papel muy importante, y en su categoría, al nivel de los primeros. A su gran ternura de alma y a su imaginación novelesca, unió una gran clarividencia, y como decía su admirable amiga, una divina razón que nunca la abandonaba. La mantuvo tanto en sus escritos como en su vida, y es uno de los modelos dignos de estudio de su siglo. Ultimamente, al rehabilitar el Hotel de Ram- bouillet, se ha intentado presentar como su heredera per- fecta y triunfante a Madama de Maintenón; pero Segrais se decide en favor de Madama de La Fayette como posee- dora de aquel tesoro desaparecido, y después de un retrato
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