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RETRATOS DE MUJERES 239

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de Turgot es invocado, y entonces se ve cómo las predi- lecciones del autor se apoyan en el siglo xvIH1, pero au- mentadas y corregidas. El libro de Madama Guizot será, después de Emilio, el que marque en este sentido el pro- greso de la sana razón moderada y rectificada de nuestros tiempos sobre el genio del azur, como en política la De- mocracia de Tocqueville es un progreso sobre el Contrato social. Digno de meditaciones, como consejo, en toda edu- cación que tiende a hacer hombres buenos, este libro encierra aún, en materia de exposición, las más bellas páginas morales, las más sinceras y las más convencidas, que las doctrinas del racionalismo espiritualista hayan inspirado a la filosofía de nuestra época.

¿Hasta qué punto Madama Guizot, independientemente de sus trabajos personales, tomaba parte en los de su marido y en tan numerosas publicaciones accesorias co- mo acompañaron a su obra histórica fundamental, y en las que, a partir de la traducción de Gibbón pudo serle en efecto su mejor auxiliar? Bástenos saber que adoptó todos sus intereses, y sus estudios como sus convicciones y no intentemos separar lo que ella se complacía en agru- par. Su dicha fué grande, su sensibilidad que aumentaba con los años, delicado privilegio de las costumbres auste- ras, le hacía querer cada vez más, y casi diré qu» sentir. Esa sensibilidad de la que en su juventud había dicho tan deliberadamente: “La sensibilidad ahorra más males que proporciona, pues de un golpe destruye las penas, el egoís- mo, la vanidad, el fastidio, la ociosidad, etc.”, esa sensi- bilidad a quien ella debió tan puras delicias fué siempre una fuente inagotable. Pero, con el tiempo, ella, de razón tan firme y segura ¿no fué un alma“dolorosa? La salud alterada y en medio de tan virtuoso acuerdo el desacuerdo de las distintas edades, sus secretos votos, por la felicidad de su hijo y de su esposo con otra que no era ella, en todo ello hubo bastante para que se apasionase más de lo que ella había supuesto en su juventud. Apenas viajó, aparte