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RETRATOS DE MUJERES z 217

primeros años en esa sociedad de la que recibía lentamente el sello bien marcado entonces y muy visible después. No hubo en ella durante su infancia ni durante su juven- tud, ese entusiasmo de que la señorita Nécker, siete años mayor que ella, daba elocuentes pruebas. “Me acuer- do muy imperfectamente de Werther, que he leído en mi juventud”, escribe varios años después, y así debió de ocu- rrirle con muchas lecturas que impresionan a las almas jóvenes a la edad en que la suya aún no regía. En las proximidades de la Revolución, el movimiento impulsivo de su talento comenzó a ser sensible para ella; se intere- saba con los acontecimientos de entonces, y por el triunfo de las ideas del 87 y del 89 que eran las suyas y las de la sociedad que la rodeaba. Pero no tardaron mucho en aparecer las disidencias, y las sacudidas cada vez más potentes la apartaron del primer camino emprendido. La impresión que le produjo la Revolución fué la de un horroroso espectáculo que hería todos sus afectos y todas sus costumbres aunque algo favorables a sus opiniones. Acaso esto fué la causa de que no hubiese juventud para ella. Estas dos ideas contradictorias en apariencia eran un enigma y opresor terrible. Su cerebro aprobaba y recha- zaba a la vez, una misma causa. Así se formó un espíritu enérgico, mordaz, incisivo, que iba siempre en lírea recta hacia lo real y lo recortaba netamente.

Y así, en estas pruebas, esta alma se templó para la virtud. La muerte de su padre en 1790, la ruina de su familia, su estancia forzosa en Passy y las reflexiones sin tregua durante el invierno de 1794 a 1795, concentraron sobre las desgracias de los suyos todas sus potencias mo- rales, y su energía salió triunfante. En este largo invierno, en un día en que dibujaba, nos dice M. de Rémusat, con- cibió la sospecha de que acaso ella tuviese talento *. La

1 Nos abstenemos de reproducir varias particularidades que se en- cuentran con agrado en la obra de M. de Rémusat escritas con la delica- deza y el ingenio de que nunca se muestra avaro,