RETRATOS DE MUJERES 197
ces demasiado. “Sabes —escribe un día a su amiga—, vivo a la orilla del Sena, hacia la punta de esta isla en donde está la estatua del mejor de los reyes. El río que corre apaciblemente delante de mi casa me deja sus ondas saludables”. He aquí sin duda, un armonioso comienzo para pintar el muelle de Lunettes, y sentimos que el edi- tor no haya hecho numerosos cercenamientos en toda esta parte elemental que no tenía otro interés que el de servir como muestra con lo que habrían ganado otras descrip- ciones excelentes. Dos cartas después de la precedente, habla con mucha gracia de la vida prosaica que hace en Vincennes, en casa de su tío el canónigo. “En tanto que un buen canónigo hace resonar su viejo violón con un arco que tiembla, yo rasco el violín; un segundo canónigo nos acompaña con su flauta quejumbrosa, y he aquí un concierto que haría huír a todos los gatos. Cuando termi- na esta obra maestra, estos señores se felicitan y aplauden, y yo corro al jardín donde cojo el perejil y la rosa, luego voy al gallinero en el que me interesan las incubadoras y en el que los pollitos me divierten; guardo en mi memoria todas las noticias y todas las historias que pueden servir para deslumbrar a estas imaginaciones entumecidas y para variar la conversación del espíritu que me produce sueño. Esta es mi vida”. Y luego: “Me gusta esta tr-nquilidad que no es interrumpida más que por los cantos de los gallos; me parece que palpo mi existencia, y siento el bienestar análogo al que sentiría un árbol sacado de una maceta y trasplantado en pleno campo”. En todo esto el estilo es otro; es decir, ya no hay estilo: la discípula de filosofía, habla una vez terminada.su lección de retórica. Es preciso decirlo, no se ha traicionado completamente la intención de la muchacha que escribió estas cartas, publi- cándolas, pues en más de un párrafo se ve que ella piensa en el empleo que algún día pueden tener, A cada instan- te el escritor se muestra. Si por desgracia se pierde una cata en el camino, asistimos a sus lamentaciones y a sus