RETRATOS DE MUJERES 191
Thézée que hbendecíais mi presencia, cuyos sudores lim- piaba, cuya miseria aliviaba y cuyas enfermedades atendía, adiós! ¡Adiós, gabinete de paz en donde mi espíritu se complacía con la verdad, en donde mi imaginación se cau- tivaba con el estudio y en donde aprendí en el silencio y en la meditación a regular mis deseos y a despreciar las vanidades!”
Se ha querido hacer en estos últimos tiempos de Ma- dama Roland el modelo para la mujer futura, una mujer enérgica, republicana, inspiradora del esposo, igual o supe- rior a él, reemplazando por una noble clarividente audacia la timidez cristiana, que alguien llama sumisión virginal. Las mujeres como Madama Roland sabrán siempre hacerse un lugar, pero. siempre serán una excepción. Una educa- ción más sana y más sólida, fortunas más módicas, matri- monios más de acuerdo con sus verdaderas consecuencias, deberán sin duda asociar cada vez más a la mujer y al esposo, tanto por la inteligencia como las demás cualidades del alma; pero no es preciso trasformar las antiguas vir- tudes ni las gracias, basta sólo con preservarlas. A los que citan a Madama Roland como modelo, les recordaremos que ella no descuidaba sus gracias, que eran en ella un imperio que es común a todas las personas de su sexo, y que el genio que relucía muy a menudo y se impdnía, en otras no tendría autoridad.
Acosto, 1835.
