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RETRATOS DE MUJERES 179

mento de la acción, y bajo el aspecto tumultuoso; pero confidencialmente, y no oficialmente; para los íntimos, y no para la posteridad. La carta de Brissot, ya citada (de 31 julio, 1892), contiene indicaciones muy particulares sobre los personajes principales de este grupo ilustre y fraternal que al observarlo desde lejos le rodea una sola aureola. Cada uno está diseñado con pocas líneas, y todos pasan, uno después de otro, ante nuestra vista con fisono- mías diferentes; el digno Sers (después senador), amable filósofo, habituado a los placeres honestos, pero lento, tími- do, incapaz para la revolución; Gensonné, tan débil para con Dumouriez en el asunto de Bonne-Carriére, que no sabe aprovechar el momento para perder a un hombre cuando es preciso; con mucho talento, pero con poca resolución; el estimable Cuadet, por el contrario, expeditivo, pronto al desdén y comprensivo, equivocado sobre la capacidad de Duranthon, que él ayudó a intervenir en los asuntos públicos; Vergniaud, que no le agrada a Madama Roland, demasiado epicúreo, demasiado voluptuoso y con mucha pereza para esta alma de Cornelia, quien dice que aun no permitiéndose juzgarle, y no explicándose las contem- porizaciones del despreocupado y sublime orador que nos- otros juzgamos simples caprichos y negligencia de carácter, le encuentra demasiado cuidadoso de su toilette, y que se desconfía, no sabe por qué, de su mirada sin brillo, y que, no obstante, se ilumina con la magia de su palabra. El retrato final que da de él para reparar la injusticia que pueda haber en su primera impresión, atestigua que no había gran simpatía recíproca entre ellos. El amigo Cla- viére, en revancha, le parece muy sólido y muy agradable, cuando no se muestra partidario de quintaesenciar las cosas. Madama de Staél contestaba a alguien que le re- prochaba su costumbre de emitir juicios sobre sus amigos: “Qué le voy a hacer; había de ir camino del patíbulo y no podría impedirme de juzgar a los amigos que me acompa- ñasen”. Y esto es lo que hace Madama Roland. Entre todos